Capítulo 30

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ERIC

Henrik se pasea de un lado al otro en el balcón de mi habitación mientras habla en el celular con Milo.

Ha permanecido conmigo desde que regresamos de una entrevista y estamos por marcharnos a la prueba de sonido. Es necesaria hacerla de nuevo porque en el concierto de anoche tuvimos algunas fallas que, sinceramente, ni noté porque estaba demasiado «ausente». Como sea, creo que el público tampoco lo notó, ellos se concentraron en mi versión intoxicada.

Incluso canté con Gray cuando no habíamos hecho eso en toda la gira.

Los recuerdos son borrosos.

Bebí demasiado al bajar del escenario. Henrik me dijo que acabé con una botella de vodka en tiempo récord cuando no me gusta esa bebida, demasiadas resacas en mi adolescencia. La verdad, ni sentí el sabor, hasta la lengua tenía entumecida.

Ya estaba en el camerino. Cristal dijo algo de mí en el micrófono, no sé qué, y por alguna razón pendeja pensé que me llamó, así que fui. Nadie pensó que me dirigía al escenario, se percataron de la verdad cuando estaba al lado de mi hermanita y le arrebaté el micrófono a la mitad de la canción.

Dimas es mucho más profesional que yo y eso siempre me ha causado un poco de molestia. Él estudió música, no es un aficionado con suerte como yo, sino que incluso puede reconocer notas con escucharlas una vez; yo me confundo hasta en canciones que conozco bien.

Así que, por supuesto, Dimas sobrellevó la situación. Cantó conmigo como si nunca hubiéramos tenido un solo problema y luego me ayudó a salir del escenario porque me estaba tropezando con los cables.

Giovanna me ayudó a volver al camerino y me dormí en el sofá por el resto de la presentación.

No sé cómo volví al hotel. Henrik me dijo que reaccioné lo suficiente para mover las piernas hasta la camioneta y que luego me ayudaron a llegar a mi habitación.

Sólo recuerdo que pedí que alguien avise a Aura de que ya estaba en el hotel. Lo hizo Gigi, desde mi celular, y se quedó sentada a mi lado hasta que me dormí, pero no estuvimos solos, Henrik nos hizo compañía porque, ahora que ato cabos, él igual estaba al tanto de los sentimientos de Giovanna por mí.

Así es esto.

El arte es confuso.

La música es confusa.

A veces hay demasiados sentimientos inmersos.

Tienes que tener la mente clara, el corazón seguro.

Henrik termina la llamada, me sonríe desde el otro lado de la puerta corrediza y entra a la habitación. Lo observo ir y venir desde mi posición al borde del colchón.

—¿Cómo te sientes?

—Jodido.

Y Henrik sabe que no hablo de las drogas, sino de las fotografías y videos de Aura en la fiesta de anoche.

Mi pequeña se divirtió y no fue conmigo.

Es tan estúpido y ridículo sentirme mal por eso. No estoy acostumbrado a que otros hombres puedan hacerla feliz y sé que está jodido, que ella no es de mi propiedad, pero... carajo, pensar en eso me hace mirar el bolso que cuelga del respaldo de la silla.

Quiero mis putas pastillas.

Henrik lo nota y se interpone en mi rango de visión.

—Es tu última noche «así», Eric, lo sabes, ¿verdad?

La melodía de AuricDonde viven las historias. Descúbrelo ahora