En la medianoche, llegó la tormenta.
Los nubarrones se deslizaron a través del cielo, tapando las estrellas. El acelerado viento me enfrió mientras un par de pelos de mi castaña melena flotaban a través de mi frente y mis mejillas. Me puse la capucha de mi chubasquero negro y metí mi mochila mensajera debajo de el. A pesar de la tormenta que se avecinaba, los terrenos de Medianoche seguían sin estar completamente oscuros. Solo lo conseguiría la total oscuridad. Los profesores de la Academia Medianoche podían ver en la noche y escuchar a través del viento. Todos los vampiros podían.
Claro, en Medianoche, los profesores no eran los únicos vampiros. Cuando empezase el curso dentro de un par de días, los estudiantes llegarían, la mayor parte de ellos igual de poderosos, ancianos e inmortales que los profesores.
Yo no era ni poderoso ni anciano, y seguía estando bastante a salvo. Pero era un vampiro, en cierto modo, hijo de dos vampiros, destinado a llegar a ser uno de ellos finalmente, y con mi propio apetito de sangre. Antes me deslicé delante de los profesores, confiando en mis propios poderes para ayudarme. Pero esta noche estaba pendiente de esta oscuridad.
Quería que cubriese lo máximo posible.
Supongo que estaba nervioso por mi primer robo.
La palabra "robo" hace que suene bastante ordinario, como si solo fuese a irrumpir en el establo de la señora Bethany y saquear el lugar buscando dinero o joyas o algo. Tenía razones más importantes.
Las gotas de lluvia empezaron a golpetear mientras el cielo se oscurecía a lo lejos. Corrí a través de los terrenos echando un par de miradas hacia las torres de piedra mientras me iba. Mientras me deslicé a través del resbaladizo y mojado césped hasta el cobrizo tejado del establo de la señora Bethany. Sentí el enfermizo punto de vacilación.
"¿En serio?" "¿Vas a irrumpir en su casa?" "¿Irrumpir en la casa de alguien?" "Si incluso no te bajas música que no hayas pagado."
Era bastante surrealista, alcanzando el interior de mi mochila y sacando mi tarjeta de la biblioteca plastificada para otro uso que el de sacar libros. Pero estaba decidido. Lo haría. La señora Bethany dejaba la escuela tal vez tres noches al año, lo que significa que esta noche es mi oportunidad. Deslice la tarjeta entre la puerta y el marco y empecé a hacer palanca a la cerradura.
Cinco minutos más tarde, seguía meneando la tarjeta de la biblioteca en vano alrededor de ella, mis manos ahora frías, húmedas y patosas. En la YouTube, esta parte parecía muy sencilla. Probablemente, criminales reales lo conseguirían en unos escasos diez segundos. De cualquier forma, cada segundo que pasaba era más evidente que yo era lo contrario a un criminal.
Rindiéndome al plan A, empecé a buscar otra opción. Primero las ventanas no parecían mucho más prometedoras que la puerta. Seguramente, podría haber roto el cristal y abrir cualquiera de ellas al instante, pero eso hubiese echado a perder la parte "que-no-te-atrapen" de mi plan.
Al doblar la esquina, vi bajo mi sorpresa que la señora Bethany se había dejado una ventana abierta, solo una rendija. Era todo lo que necesitaba.
Mientras deslizaba la ventana arriba lentamente, vi una hilera de violetas Africanas en pequeños tiestos de arcilla, situados sobre el alféizar. La señora Bethany los dejó en el lugar para que pudieran tener aire fresco y quizá un poco de lluvia. Era raro pensar que la señora Bethany se ocupaba de algo vivo.
Cuidadosamente aparté los tiestos a un lado de manera que tuviera espacio para subirme a través de la ventana. ¿Entrando a través de una ventana abierta? También mucho más difícil que en videos.
Las ventanas de la señora Bethany estaban bastante arriba del suelo, lo que significaba que para empezar tenía que, en cierto modo, saltar. Jadeando, empecé a introducirme, era difícil no caer plano al suelo de dentro. Intenté bajar primero con un pie. Pero me caí de la ventana precipitadamente, y no podía volver a medio camino. Uno de mis zapatos embarrados pegó un fuerte golpe a la ventana, jadeé, pero el cristal no se rompió. Me controlé para bajarme completamente y me dejé caer sobre el suelo.
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Adicción²
FantasíaTras una larga temporada sin verse, Taehyung y Jungkook buscan la forma de infringir las estrictas normas de la Academia Medianoche para poder continuar con su intensa y complicada historia de amor. Pero, ¿hasta dónde están dispuestos a llegar? Na...