𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 19

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Creía que nada podía ser peor que perder a Jungkook, pero me equivocaba. Lo peor fue darme cuenta de que lo había perdido por nada, porque él había tenido razón desde el principio con respecto a los vampiros, a mis padres y a todo.

Me había dicho que mis padres mentían. Yo le había levantado la voz por eso.

Él me había perdonado.

Me había dicho que los vampiros eran asesinos. Yo lo había negado, incluso después de que uno acechara a Raquel.

Me había dicho que Charity era peligrosa. Yo no le había hecho caso, y ella había matado a Courtney.

Me había dicho que los vampiros eran traicioneros y ¿había captado yo el mensaje? No hasta que la confesión de mis padres destrozó todas mis ilusiones.

Decidí que el único vampiro que jamás me había mentido era Yoongi, pero, después de ver de qué era capaz Charity, pensé que probablemente lo que él hacía era mentirse a sí mismo. Todos los demás vampiros, incluidos a mis padres, eran falsos y manipuladores.

Bueno, quizá Wonho no. Pero el resto, sí.

¿Y Jungkook? Jungkook solo me había mentido una vez; había guardado el secreto de la Cruz Negra porque no le atañía únicamente a él. En todos los demás aspectos, había sido sincero conmigo y no me había ocultado la cruda verdad que nadie más pensaba que merecía saber.

Por supuesto, no solo estaba lamentando su pérdida. Demasiadas cosas habían salido mal. Pero el dolor era más hondo ahora que sabía que, de haberle hecho caso, todo podría haber sido distinto. Mejor. Feliz. En vez de como era ahora.

Abril fue el peor mes de mi vida. Mis padres intentaron hablar conmigo un par de veces, pero yo no quise saber nada; al cabo de una semana más o menos, desistieron. Probablemente pensaban que estaba enfurruñado, que simplemente «superaría» el hecho de haberme enterado de que toda mi vida era una mentira y un domingo volvería a aparecer en su casa con el rabo entre las piernas para cenar con ellos. Yo sabía que no volvería a hacer eso jamás, y lo iban a descubrir pronto.

El segundo domingo que no fui, Raquel dijo:

-¿No vas?

-No.

-La semana pasada pensé... ya sabes, que a lo mejor se estaban tomando una semana de descanso.

-No pienso ir.

-Pensaba que tus padres eran mejores que los míos -dijo ella en voz baja.

¿Cuántas veces habían intentado mis padres disuadirme de que me relacionara con Raquel solo porque era humana? Ella les había reconocido más méritos de los que ellos le habían reconocido a ella. Podría haberla abrazado, pero a ella no le habría gustado.

-A lo mejor prefiero quedarme contigo.

-Tengo deberes.

-Pues haremos deberes.

A mí me iba bien. Hasta documentarnos para un trabajo de Psicología leyendo aburridos artículos era preferible a volver a encararme con mis padres.

Yoongi y yo habíamos «roto» oficialmente, que el alumnado supiera. Hoseok había hecho algunos desmañados intentos de mediar para que nos hiciéramos amigos y volviéramos a relacionarnos; yo no había tenido valor para desalentarlo, pero, tras su brusca retirada, advertí que Yoongi no se había tomado bien la sugerencia. No estaba enfadado conmigo, exactamente, sino con el mundo en general, y quería que lo dejaran tranquilo.

Probablemente nos convenía pasar algún tiempo separados. Yo lo entendía, pero durante aquel curso había pasado más tiempo con él que con cualquier otra persona, incluida Raquel. No me había dado cuenta de cuánto había llegado a depender de él para que me levantara el ánimo después de un mal día o simplemente me sonriera cuando yo salía de clase, hasta que ya no estuvo.

Adicción²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora