14: she destroyed me

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Mi cabeza no paraba de dar vueltas. Sólo podía ver imágenes de Arabella que pasaban rápidamente por mi mente, imágenes que preferiría nunca haber visto. Gritaba, se arañaba, se hacía daño mientras que lo único que podía hacer era observarla en ese momento de destrucción. De un momento a otro apareció se giró y apareció sin la camiseta. Pude ver su tatuaje, pero lo que me hincó el pecho fue que estaba rodeado de marcas, de cicatrices; y ahí fue cuando me di cuenta de que la gran parte de su cuerpo estaba lleno de estas, a medio curar o recientes, pero yo sabía de qué eran todas esas cicatrices.

La desesperación y el sufrimiento eran claros en ella, lo solo lo decía su ataque sino que también su piel parecía gritar un claro 'ayúdame' con el tatuaje en su muñeca. La sangre emanaba de sus brazos y acababa cayendo en el mismo lugar donde lo hacían sus lagrimas.

Y en ese momento era yo quien no podía respirar.

Reaccioné, despertando de mi ensoñación. Rápidamente abrí mis ojos -húmedos por las lágrimas- y me encontré tumbado en mi cama, y como no, estaba solo. Me pasé una mano por los rizos y me levanté rápidamente sin poder evitar sollozar.

«¿Por qué no puedo dejar de pensar en ella?» me pregunté interiormente mientras abría un cajón.

«¿Por qué me sigo preocupando si fue ella la que me dejó?» agarré el cacho de cristal que ella me diera hacia tiempo.

"Si ella podía ¿por qué yo no?" Me dije finalmente, pasando el filo del cristal por mi brazo, creando una larga cicatriz.

«¿Sabes? No me hago daño porque crea que lo merezca, todo lo contrario, porque creo que que no me merezco todo el dolor que tengo dentro. Al cortarme el cerebro me manda dolor físico pero también crea una sensación como si... Estuviera drogada, no lo sé explicar, pero solo sé que cuando lo hago el dolor emocional se va, solo para dejarme ser más miserable aún» recordé las palabras de Arabella.

Hice otro corte mientras no podía parar de llorar, me acerqué a la ventana y por un momento pensé en tirarme solo para estar con ella, pero no fui capaz porque una parte de mí aun tenía esperanzas de que la mariposa volviera a su hogar.

Me recosté en la pared y me senté, observando como tantas veces hacía a lo largo del día las paredes de fuegos artificiales.

Me quedé a dormir observando el dibujo de la mariposa y el león, no sabría decir por cuento tiempo; pero cuando me desperté ya estaba oscuro. Pero eso no fue lo que me sorprendió sino que tenía una manta encima de mí y una venda en el brazo derecho. Fruncí el ceño hasta que miré hacia delante, encontrándome a Melanie sollozando. Mientras un rió de lágrimas caían por sus mejillas.

"No lo vuelvas a hacer, por favor," dijo entonces, sorprendiéndome. "No podría soportar perderte a ti también."

Me quedé en silencio mientras que en la habitación sólo se oían los lloros de Melanie, la que había considerado solo una amiga de mi ex hasta hacía un tiempo. Y verla así por mí se sentía... raro.

Pero solo tenía una cosa clara: Arabella me había destruido, de una manera diferente a la que nunca había estado. Pero al fin y al cabo, todo lo que somos era cenizas en el viento así que ella sólo hizo que esas cenizas duraran menos.

Y lo que no sabía, era el tiempo que iban a durar las que quedaban.




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