02
Ese día iba volver a verla.
Estaba nervioso, llevaba toda la mañana preparándome. Me cambié de ropa unas... ¿Cinco veces? Y ya ni hablar de cuantas veces moví mi pelo de un lado a otro, viendo si la raya a un lado me quedaba bien o si era mejor una pequeña cresta. Mi compañero de piso, Michael, se había hartado de reír desde el sofá, así que por no oírlo más me dejé el pelo como siempre: sin peinar.
Era solo una cita, como las demás que habíamos tenido estas ultimas semanas, con solo una diferencia.
Era en su casa.
Timbré a su piso, esperando con las manos en los bolsillos a que me abrieran. Empecé a oír voces al otro lado de la puerta, en la que pude distinguir la voz de Arabel y otra chica, de la que no reconocí la voz.
No pude evitar la tentación de juntar mi oreja a la puerta para intentar escuchar algo. Pero justo cuando lo hice, la puerta se abrió y yo rápidamente me separé, intentando actual casual. En la puerta apareció Arabel, vestida con su típica ropa diez tallas mas grande que ella, pero que conseguía lucir como si le quedara a medida.
"Hey, bebé." Dijo ella, tan sonriente como siempre. Otra cosa que me encantaba de ella era que era la chica más cariñosa que pudieras conocer.
"Hey, pequeña." Le contesté, y ella echó la lengua ante el apodo que ya me había acostumbrado a usar con ella. Me invitó a pasar y lo hice encantado.
No sé que clase de piso me esperaba de Arabella, pero aun cuando no había pensado en eso me sorprendió el lugar. Era pequeño, pero completamente acogedor. La sala estaba compuesta por un sofá gris, una mesita de café delante de él y una pequeña televisión. Sí, eso era muy simple, pero lo que le daba color y originalidad a la casa eran las paredes: estaban pintadas de blanco pero había zonas en las que había bonitos dibujos (como si fueran grafittis) y otras partes llenas de murales de fotos o algunas luces. Podía ver la cocina también, que solo la separaba media pared del comedor y el salón, que acababa a la altura de la cintura (como las que suelen tener los restaurantes para dejar los pedidos a la vista a los camareros.)
"Woho." Fue lo único que conseguí articular.
"Es lo que la gente suele decir al llegar," Dijo ella "esta casa era muy aburrida cuando llegamos: muebles anticuados, paredes blancas y muy pequeño. Ahora hemos doblado su valor."
"No te diré que no." No es que pareciera el palacio de un rey, pero era tan acogedor y peculiar que a cualquiera le gustaría vivir ahí. Y más con alguien como Arabel... yo lo haría.
Aunque lo haría igual si fuera en un basurero, sinceramente.
"¡Hola! ¿Eres el amigo de Ara?" Ahí fue cuando me fijé en las dos chicas que estaban en el sofá. Las que había visto en el avión hacía un mes.
Y mentiría si dijera que no estaba decepcionado por no tener intimidad con Arabella.
"Se puede decir que sí, soy Ashton." Saludé sonriente con la mano, movimiento que ellas imitaron.
"Melanie, pero puedes llamarme Mel." La chica que había hablado antes se presentó.
"Y yo Hadley." Dijo la morena.
"Encantad-" quise decir, pero fui cortado al sentir un golpe en la cabeza. "¿Qué diablos?"
Me costó darme cuenta de lo que estaba sucediendo: un pájaro, pequeño y azul, me estaba intentando dar picotazos en la cara.
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chaising butterflies
Romance«No pienses que estoy huyendo de mis sentimientos o mi futuro. O incluso de ti. Yo solo estoy persiguiendo mariposas.» portada perfecta hecha por daniela, @beoncheshire