11
"A, cinco."
"Oh demonios sí."
Cogí el vaso que se situaba en el pequeño recuadro que había dicho Michael y lo bebí de un trago. Bacardi limón.
"Vas a hundir mi barco más grande, tío." Dije después, volviéndolo a dejar en el sitio y observando mi tablero, donde ya quedaba solo un vaso lleno.
"Como si te importara, capullo."
Y era cierto. La idea de jugar al "hundir la flota" cambiando los barcos por chupitos de alcohol fuera mía, simplemente como una excusa para poder seguir bebiendo sin que Michael se molestara. Lo cual habia pasado muchas veces estos últimos días y no me apetecía aguantarlo una vez más.
"C, tres." Contraataqué.
"Agua."
"Mierda." Mientras que yo ya estaba acabando los vasos, solo había conseguido que Michael bebiera tres. Supongo que fue mi culpa por ponerlos todos en línea, oops.
"Oye, ¿y cual sería el premio?" Preguntó él, sabiendo quien sería el ganador.
"Pues... ¿Que el perdedor beba los chupitos del otro?"
"Ja-ja, ya te gustaría," me contestó, teniendo que parar un momento por un hipo inesperado, que sólia salirle cuando bebía. "Mira, si yo gano aceptas adoptar al perro de Nate."
Nate era un amigo nuestro que hacía poco se había mudado a un piso en el centro, en el cual no le dejaban tener mascotas. A pesar de ello intentó mantener a su perro a escondidas, lo cual duró poco ya que los ladridos advirtieron a los vecinos y estos se lo contaron al dueño del piso. Ahora tiene una semana para encontrarle un dueño o tendrá que dejarlo en una perrera.
"De ninguna manera," dije inmediatamente. "¿Te das cuenta de que también vivimos en un piso y que ese perro es como, tres veces más grande que tú?"
"¡Eres un exagerado, tío!" Se quedó pensando unos segundos. "Sólo el doble o así."
"No." Sabía como era Michael, él iba a acabar por descuidarlo y sería yo quien lo paseara, le diera de comer y recogiera su mierda.
"¡Venga! Y si tú ganas, me convertiré en tu consejero personal."
Reí. "¿No lo eres ya?"
"Cierto, pero como vas a perder ¿qué más te da?"
Tenía razón, en el próximo turno ya perdería (el último vaso que me quedaba estaba al lado del que me acababa de beber, y los demás vasos que rodeaban a este estaban vacíos también, por lo que no hacía falta ser muy listo para saber cual era el que faltaba) y fue ahí cuando me di cuenta del plan de Michael: me dejó beber en este juego estúpido pero sólo por su propio beneficio: si estaba borracho, le diría que sí al perro.
"Qué cabrón eres." Dije, negando con la cabeza, notando mi cuerpo mucho más pesado de lo normal, como si me estuviera pidiendo tirarse hacia atrás y dormir.
"Cabrón no, tenaz puede... A, seis."
Rodé los ojos y bebí el único vaso lleno en mi tablero. Martini.
Lo que siempre pedía Ara.
Tragué saliva y cerré los ojos por unos segundos, sacando de mi mente la imagen de la chica que me atormentaba día sí y día también.
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chaising butterflies
Roman d'amour«No pienses que estoy huyendo de mis sentimientos o mi futuro. O incluso de ti. Yo solo estoy persiguiendo mariposas.» portada perfecta hecha por daniela, @beoncheshire