Un dia como cualquier otro, Izuku Midoriya y Ochaco Uraraka, comienzan a tener visiones de un mundo que estaba sumido en el caos por lo que ambos se con ayuda de eso recuerdos de propusieron a corregir las cosas para que ese futuro nunca ocurran.
lo...
Acción: - - pensamiento:() llamadas o videollamadas, transmisiones, audios, comunicación: *aaa* Grito: AAAAA voz seductora, coqueta, placentera o gemido: ~hola~ mensajes escrito: aaaaa Susurro o murmuro: aaa salto de tiempo y ubicación: [aaaa] Aclaraciones: {aaaa}
Era una linda mañana en la ciudad de Musutafu. Habían pasado dos días desde que termino en festival y los estudiantes tendíamos los días restantes para poder descansar. Algunos aprovecharon esto para descansar respectivamente pero Izuku decidió entrenar en su lugar. El pecoso se encontraba en la playa Dagoba sentado en posición de loto. El chico se encontraba meditando para concentrarse en aclarar su mente y obtener paz interior.
Al principio estaba funcionando, él chico se encontraba calmado e imperturbable, en la mente del chico estaba totalmente en blanco hasta que uno recuerdo de su madre siendo asesinada por AFO/Shigaraki. Este recuerdo provoco que si calma fuera remplazada por ira y deseos de venganza los cuales ocasionaron que inconscientemente el chico activara el OFA. La energía libera por Izuku creaba fuertes corrientes de aire que agitaban las olas y mini torbellinos de arena.
Antes de que algo malo pudiera ocurrir el chico sintiendo como unos brazos se envolvían alrededor de su cintura dándole un cálido y suave abrazo. El abrazo era proporcionado por Ochaco la cual se entraba buscando al peliverde y esta al verlo en ese estado no dudo ni un segundo en ir a abrazarlo para tranquilizarlo.
Ochaco: tranquilo, eso no volverá a ocurrir -dijo en un tono tranquilizante calmando al pecoso- todo eso ya paso y solo está en tu cabeza -dijo para arrollar sus brazo alrededor del cuello del chico- así que no tienes nada por lo que preocuparte -dijo apoyando su cabeza en la del chico-.
Izuku: gracias, por eso -dijo tranquilo pero con un semblante serio- ¿cómo supiste que estaba aquí?
Ochaco: entrenas aquí casi todo los días, además era algo obvio -dijo mientras comenzaba a olor el pelo del chico- tu cabello huelo a menta -dijo maravillado por el olor-.
Izuku: creo que es por el nuevo shampoo que uso -dijo tranquilo- por cierto, ¿qué haces aquí? pensé que estarías durmiendo a esta hora-pregunto con curiosidad-.
Ochaco: me levante para desayunar pero no tenía casi nada comida en casa por lo que fui a la tuya para ver si me podías acompañar a comprar mi despensa-dijo tranquila-.
