EMPEZANDO UNA NUEVA SEMANA LLENA DE RETOS
El domingo se hizo presente; las mujeres se dedicaban a lavar las sabanas y la ropa mientras los hombres y un niño estaban limpiando el almacén por petición del abuelo, todo el polvo que había le causaba una leve alergia a Miroku. Cuando terminaron sus labores eran como las 11 am La Sra. Higurashi le dio un poco de medicina a Miroku para que dejara de estornudar pero el jarabe sabía y olía tan mal que a Sesshomaru e Inuyasha les dio ganas de vomitar mientras que al que le tocó tomarla se tiró al suelo haciéndose el moribundo dando algo de humor en el hogar aunque el Daiyoukai en si no rió pero se le vio una pequeñísima sonrisa que aterró a Jaken pues el pequeño youkai decía que si su amo sonreía era un mal presagio.
Ya en el almuerzo Inuyasha comía como si el mundo se fuera a acabar después del almuerzo.
-Inuyasha ten mas modales, un futuro Lord no debe comer así.- le dijo Shippo viendo como comía el hanyou y como pedía otra porción.
-¡Feh! Y a mi que me importa esto es muy rico.- le respondió al kitsune.
-Pues debería amo Inuyasha.- le dijo Myoga señalando a Sesshomaru quien comía con mucha clase y elegancia.
-¡Perro tonto!.- dijo Shippo, si no fuera porque Kagome estaba al lado de Inuyasha, este le había dejado un chichón pero no quería estar enterrado.
-Oye Shippo no deberías insultarlo mira que ya lo reconociste como tu padre adoptivo.- le grabó Miroku haciendo que Sango y Rin se atragantaran y que Kagome escupiera algo de jugo que le cayó a Jaken.
-¿Cuándo sucedió eso?.- preguntó Kagome.
-El día que estaban haciendo las compras.- respondió el monje.
-¿Hay algo mas que deba saber que sucedió?.- volvió a preguntar.
-Ah si, tus amigas te vinieron a visitar.- le respondió Inuyasha.
-Humanas ruidosas.- comentó Sesshomaru. Miroku le hizo todo el relato desde que entraron aplastando al hanyou y tumbándolo de su asiento hasta que Sesshomaru las echó, también le contó sobre las extrañas reacciones que el trío tenía cuando escuchaban algo.
-¡¿Les dijeron que vivimos juntos?!.- los chicos asintieron.- Shippo dijo que... Ay no!.- se llevó las manos a la cabeza.- Ahora ellas creen que Inuyasha y yo....- se sonrojó como un tomate.- ¡Inuyasha no debiste dejarlas entrar!.- dijo enojada.
-Pero si ellas me atropellaron.- dijo en su defensa.
-Si tienes razón.- se tranquilizó.- Pero será un problema si la escuela se entera.
-No tenemos por que volver ahí.- le dijo Inuyasha.
-Pero tengo que graduarme y... espera... si voy a vivir en un palacio en el Sengoku no necesito ser profesional.- se dijo a si misma.- Pero iremos esta semana aunque sea para matar el tiempo.- les dijo.
En la tarde, Miroku, Sango, Kagome e Inuyasha jugaban a las cartas, Shippo y Sota practicaban un deporte , Rin dibujaba una flor, Jaken intentaba deshacerse de Buyo mientras que su amo bonito estaba pensando seriamente, hasta tenia los ojos cerrados pero de vez en cuando abría uno para ver que sucedía a su alrededor.
-Ja! Gane.- exclamó Inuyasha lanzando una carta en la mesa sintiéndose victorioso.
-Vaya Inuyasha, últimamente has estado ganando cada vez que jugamos.- comentó Miroku barajando las cartas.
-Te estas volviendo mas sabio.- le dijo Kagome dándole un "masaje" en sus orejas caninas, el hanyou cerró los ojos y movía las cejas satisfactorio.
-A este paso Inuyasha va a querer ganar siempre para que le des unos masajes eh Kagome.- le dijo Sango haciendo que la pareja se sonrojen y vuelvan a sus puestos.