capitulo 23

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EPÍLOGO
LA VIDA ES...

Y ni hablar del golpe que le propiciaron al monje que se la había dado en bromista. Desde que el Daiyoukai lo vio, no esperó ni un segundo para darle un buen golpe por la broma de tan mal gusto que le hizo,

-Creo que me lo merecía.- dijo desde el suelo.

-Al menos dices algo razonable.- comentó Inuyasha en lo que ayudaron al monje a ponerse de pie.

Y es que la vida que ellos poseían era única, y no la cambiarían por nada…

Porque la vida es…

Lo que menos esperas…

A ver ¿Quién de ellos se imaginaría que el mas mujeriego fuera fiel solo por una mujer? Pero… hasta el mas mujeriego se enamora cuando llega la indicada…

-Sango… creo que nos perdimos.- Miroku dándose cuenta que no encontré el supermercado, en ese instante, él chocó con una joen universitaria.- Auch! Se encuentra bien bella damisela?

-Eh… si gracias.- respondió la chica y Miroku ayudó a levantarla pasándole las compras de medicina a Sango sin siquiera mirarla.- ' este chico si es amable'

-¿Cómo te llamas?.- cuestiono ya Sango se le hinchó una vena, eran una pareja y tenían hijos, acaso no le era suficiente?!

-'Y yo que pensé que ya había dejado sus costumbres…'.- pensaba resignada con los celos disparados.

-Me llamo Lisa.- respondió.- y... tu?

-Miroku y ella es mi amada esposa Sango.- se presentó agarrando su esposa por la cintura.

-Mucho Gusto.- reaccionó dándose cuenta de sus equívocos pensamientos.- Cariño debemos darnos prisa, de seguro Aki y Ako ya tienen a Inuyasha vuelto loco.- le susurró y se despidió. Debían darse cuenta de prisa en ir al templo donde residía la familia de la sacerdotisa donde también los esperaban los demás, tendrían una pequeña fiesta familiar.

A cada rato nos asombramos de lo que nos pasa.

Porque la vida es…

Una sorpresa…

Una noche, de madrugada, Amaya llora y Rin tenia el sueño muy profundo que ni despertó, se había esforzado demasiado, por lo tanto, por primera vez le tocó al padre hacerse cargo.

-Silencio, despertaras a tu madre.- le dijo a Amaya al acercarse y apoyarse en la cuna. Amaya dejó de llorar y profundizó sus bracitos.- Ni lo sueñes.- espetó y volvió a llorar. Rin se removió inquieta, pero no despertaba.- Entiende que puedo lastimarte.- Eso explicaba por qué en esa primera semana de vida no había querido cargarla. La niña seguía llorando, por lo que Sesshomaru no le quedó de otro más que cumplirle el capricho sino quería ver a su pareja como un zombi al día siguiente.- Contenta?.- le preguntó al ya tenerla cargada por lo que dejo de llorar y se durmió en su regazo, no pudo explicar esa sensación, era una mezcla de miedo con alegría…

-Jajaja por fin!.- dijo Rin obsevando todo, asombrando al Daiyoukai…- Ya me empezaba a asustar del porqué no querías contacto con ella.- reia ante la expresión del rostro de Sesshomaru.

-Es solo que… tiene una piel mas delicada incluso mas que la tuya.- dijo volteando el rostro y luego lo enfocó en su hija quien tenia un rostro divertido. Solo Rin era capaz de hacerlo decir mas de lo que quiere…

Conviviendo en tu epocaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora