Capítulo 6. "Algo" inesperado

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Seguía avanzando hacia esa cosa amarilla brillante, intenté no pisar los objetos que estaban desperdigados por el suelo.

Cuando llegué a esa cosa amarilla, resultó ser un robot: era amarillo brillante, tenía la parte superior redondeada y, tenía una especie de pantalla, que en ese instante estaba en negro y en la parte inferior era plana, ancha y en forma de círculo, también tenía cuatro ruedas.

Cuando llegué a esa cosa amarilla, resultó ser un robot: era amarillo brillante, tenía la parte superior redondeada y, tenía una especie de pantalla, que en ese instante estaba en negro y en la parte inferior era plana, ancha y en forma de círculo...

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Lo levanté con cuidado, con ambas manos, me puse a mirarlo detenidamente...

No había botón de encendido, ni de apagado; medía de alto hasta mis rodillas y poco más que mis pies juntos de ancho.

De repente, el robot saltó chispas naranjas.

Lo solté precipitadamente cayendo hacia atrás, haciendo caso omiso del dolor intermitente de mi brazo.

El robot cayó con un ruido sordo y seguía echando chispas.

Lo miré fijamente, hasta que unos segundos más tarde dejó de echar chispas.

Fuera lo que fuera, el robot funcionaba antes.

Fui al interior de la tienda, y busqué protección contra las chispas, también busqué destornilladores.

Cogió unos cuantos y volvía al lugar donde se cayó el robot, que este dejó de soltar chispas.

Con el bate que tenía en la mano, lo empujé un poco para ver si todavía echaba chispas.

Con el bate que tenía en la mano, lo empujé un poco para ver si todavía echaba chispas

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Pero no.

Me acerqué con cuidado, y me puse a destornillarlo (por alguna razón, sabía como arreglarlo, pero para saberlo con certeza del por qué, tendría que recuperar los recuerdos).

Había un "arsenal" de engranajes, en algunas partes echaban minichispas, de los cuales se movían de forma atascada.

Encontré el origen del atasco de los engranajes, que resultó ser una bellota; lo saqué con mucho cuidado con unas pinzas aislantes.

Cuando lo saqué, los engranajes comenzaron a moverse, aumentando progresivamente la velocidad; lo cerré con prisas y corrí hacia detrás de una estantería.

El robot empezó a dar saltitos, hasta que se paró.

Giró la pantalla hacia donde estaba y se encendieron unos ojos grandes azules, y dijo:

—Hola, amo.

CONTINUARÁ...

CONTINUARÁ

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Obi: El Viaje Del Fuego (HIATUS INDEFINIDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora