Capítulo 16. Recuerdos olvidados

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—Entonces, ahora lo intentamos los dos juntos a revisar vuestras mentes.

Para que el lector se acuerde: en el capítulo anterior...

Marto estaba revisando mi mente hasta que no sabía qué había pasado, pero Marto se cayó espantado de mí.

Según él, en mi mente me envolvía una especie de aura maligna cuando él intentó revisar mi mente.

Yo intenté tranquilizarle, pero me apuntó con su espada.

Me dijo que yo era un siervo del Señor Oscuro (y seguí sin saber quién era...).

Pero, de repente, salió un Elfo que parecía ser su hermano, me hizo un tajo paralelo a la clavícula por encima del pecho.

Y bueno, él también me intentó revisar mi mente, pero acabó igual que Marto.

Los dos acusándome, como si fuera poco... ; perdí la paciencia frente a esta situación.

Aún así, Obi dio la cara por mí y los dos Elfos se pusieron de acuerdo en que ellos juntos iban a juntar fuerzas contra esa fuerza maligna.

"La fuerza vence la fuerza".

—Entonces, ahora lo intentamos los dos juntos a revisar vuestras mentes —dijeron los Elfos

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—Entonces, ahora lo intentamos los dos juntos a revisar vuestras mentes —dijeron los Elfos.

—A ver si no vais a caer de miedo otra vez —dije.

Efectuaron el conjuro juntos (¡Legerementem!).

¡BUM!

Sentí otra vez el impulso hacia atrás, y veía de nuevo muchas luces intermitentes.

Los Elfos pusieron muecas de miedo y parecían que querían irse, como si aquello fuese una tortura (y me parecía que así era en verdad).

Sin embargo, no cedieron ante brutal poder que rodeaba mi mente.

Aunque... la cosa fue diferente esta vez, me estaba empezando a doler la cabeza, como si me lo estuvieran aplastándolo hacia una pared.

Estaba totalmente tumbado en el suelo, agarrándome de las hierbas que había para aguantar todo el dolor que recorría arriba y abajo, arriba y abajo.

—"¡DIOS, ¿¡QUÉ ES ESTO!?!" —madre mía, estaba ya demasiado... demasiado... Bueno, ya lo sabéis.

Fue totalmente diferente a lo esperado, las luces intermitentes fueron aumentando de tamaño, incrementando de tal manera que ya no veía nada del paisaje que antes me rodeaba.

Veía cabezas.

Cabezas horrendas de colores.

En sus caras se veían su desesperación, muerte, visión sangrienta, miedo, guerras...

No tenían ojos, y poco a poco se volvían más azules hasta su totalidad.

Ojos y bocas como platos, estaban negras por el fondo.

Obi: El Viaje Del Fuego (HIATUS INDEFINIDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora