Capítulo 32. Visiones y elecciones

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INICIO DE LA SEGUNDA PARTE

Morí en el intento de derrotar a mi adversario Klastomi, el semi-perro; por haber cometido tal estupidez de romper aquella roca gigante que nos estábamos pasando como si fuera una gran pelota de voleibol.

Sin embargo, con el objetivo de quitar la vida al otro, perdí la batalla por su espada que me lo clavó directamente a mi corazón.

Sentía que me estaba desvaneciendo en el suelo directo al inframundo: no creo que haya realizado buenas acciones después de todo el tiempo que llevaba vivo.

Y ya sabía que no tenía salvación.

...

Repentinamente, surgió un grito espeluznante:

—¡AAAHHHH!

El grito me puso los pelos de punta, era el grito de una mujer de mediana edad; la atmósfera de aquella situación era realmente espesa y densa.

Brilló un cuchillo.

...

¡SLASH!

Sonó como una especie de tajo limpio...

O probablemente, no era un tajo, puede que...

¡SPLASH!

Ya sabía lo que era: era el característico sonido de un cuchillo que se clavó en un cuerpo.

Lo escuché muchas veces, lo sabía perfectamente; gracias a los Elfos pude aprender mucho de ellos, y en fin, lo peor era que no podía salvar a la persona que ha sido clavada por el cuchillo que produjo ese sonido.

Con esta oscuridad me va a ser imposible ver lo que está pasando —pensé.

Se oyeron goteos, supuse que se trataba de sangre que caía con intensidad al suelo liberándose del cuerpo de su dueño.

Me dieron escalofríos.

En ese momento, la oscuridad pasó a ser penumbra y la penumbra pasó a poder verse con claridad, sin embargo, la escena enfocaba a dos personas: a una mujer y... a un hombre.

No obstante, el hombre se podía ver que se trataba de un asesino y estaba a espaldas a mí, mientras que la mujer estaba en el suelo, tumbada, y el asesino estaba encima empuñando un cuchillo en el que ya se había clavado en el pecho de la mujer.

La cara de la mujer estaba bastante tranquila en verdad, y además, su cara me sonaba muchísimo.

No sabía de qué me sonaba su cara, no obstante, me parecía que esto era un déjà vu.

Se alumbró el lugar de los hechos y resultó que estaban en un salón, todo patas arriba.

Mesas volcadas, jarrones y cuadros rotos, etc... Es decir, era un desorden extremo; manchas de sangre por todo el suelo y gotas de ella en la pared y por el suelo por consecuencia del asesinato del asesino.

La visión se estaba empezando a ponerse borrosa hasta que dejó de verse.

Me quedé sorprendido ante tal atrocidad.

Y cuando la visión atenuó su brillo, en el lugar donde me hallaba estaba muy oscuro.

—No me digas que... —empecé a decir al vacío.

Se originó un torbellino a mi alrededor, sonaba como si alguien estuviese soplando en mi oreja, y debido a ello, me obligó a dejarme caer y me levantó suavemente, aumentó la velocidad en dirección indefinida y salí disparado a Dios sabe adónde.

Se originó un torbellino a mi alrededor, sonaba como si alguien estuviese soplando en mi oreja, y debido a ello, me obligó a dejarme caer y me levantó suavemente, aumentó la velocidad en dirección indefinida y salí disparado a Dios sabe adónde

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Obi: El Viaje Del Fuego (HIATUS INDEFINIDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora