- ¡Noooooo! - Un grito desesperado se escuchaba en el lugar, justo un segundo antes de que Ryo destruyera todo Sasuke había cambiado su cuerpo con el de su esposa, lo habían logrado, llegaron justo a tiempo para salvarla, ahora Sakura yacía entre los brazos de Naruto con los ojos fijos en el lugar en donde solía encontrarse la guarida de Ryo. La pelirosa estaba pálida, incapaz de articular palabras, lo único que se escuchaba era el llanto desgarrador que emitía, mientras se aferraba con fuerza a las ropas de su rubio esposo.
Su cuerpo temblaba en espasmos incontrolables sintiendo como el aire en ella se iba acabando, a su lado Naruto permanecía impotente temblando de frustración, esa no era la manera en la que querían salvarla, pero sabía que no podía reprochar nada pues, Sasuke había sido más rápido, él estaba a punto de hacer lo mismo.
Unos instantes después, aunque para ella parecieron una eternidad, Sakura entró en razón soltando su poderoso agarre a los brazos de su esposo, seguramente ya le había roto algún hueso, nuevamente, pues no se dio cuenta en qué momento había comenzado a apretar sus extremidades.
-Sasuke-kun....
-Sasuke-kun....- su temblorosa voz rompió el silencio que se había instalado en ese lugar, rápidamente se separó de Naruto, no podía aceptarlo, ella tenía que salvar a su esposo, corrió hacia las ruinas que estaban frente a ella ignorando el dolor punzante en su espalda, usando sus manos comenzó a levantar las piedras del laboratorio destruido.
Sasuke-kun....
Sasuke-kun....
Era lo único en lo que podía pensar, Naruto lloraba a unos metros de ella, entendía que su esposa no pudiera aceptar lo ocurrido, secándose las lágrimas con las mangas de su chaqueta se acercó a ella con calma intentando detenerla.
- ¡Suéltame! – gritó, apartando la mano del rubio - ¡necesitamos sacarlo de ahí! – regañó mientras continuaba apartando los escombros de su camino.
- ¡Sakura detente! – levantando la voz Naruto la tomó entre sus brazos intentando contener las lágrimas.
- ¡No! ¡Él está ahí! ¡Sasuke-kun está vivo! – los ojos verdes de su esposa lo miraban esperanzados, nunca se habían dado por vencidos con él, lo buscaron por muchos años, pelearon contra muchos enemigos para recuperarlo, se habían revelado a su aldea para poder estar a su lado, ella no podía simplemente rendirse ahora.
-Sakura-chan- dijo casi inaudiblemente.
-Naruto, él está ahí y está vivo, ¡puedo sentirlo! - Sakura había tomado las manos del rubio, necesitaba que él entendiera. Con el rostro serio Naruto se concentró, sus pupilas cambiaron y cerró los ojos.
Uno
Dos
Tres segundos, ¡ahí estaba!, Naruto soltó a su esposa dirigiéndose más al centro de los escombros acumulados, comprendiendo la situación Sakura se había acercado a él, ambos se pusieron en marcha y levantaron las piedras cuidadosamente, intentando ser lo más rápidos que la situación les permitía.
El ligero movimiento de una de las piedras alertó a ambos shinobis, de manera inmediata tomaron la piedra arrojándola lo más lejos que sus fuerzas les permitían, Sakura tomó la mano de su esposo que se asomaba per la pequeña abertura que crearon, tanto ella como Naruto continuaron trabajando hasta lograr descubrir al moreno quien, para su sorpresa se encontraba consiente. Cuando lograron sacarlo de ahí Sakura posó sus brazos en su pecho, su ser le rogaba por atraerlo a sus brazos, pero la médico en ella necesitaba saber que tan grave se encontraba.
Después de haber realizado una valoración rápida, Sakura pudo ver que Sasuke tenía graves lesiones internas y daños severos en ambos ojos, en el último segundo usando lo poco de chakra que le quedaba logro activar un susano para protegerse, pero no fue suficiente y aun así se había lastimado cuando la construcción cayó sobre él, por fortuna Ryo no contó con la misma suerte y su laboratorio era ahora, también su tumba.
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El Clan
General FictionLa cuarta guerra ninja acabó y ahora la paz reina sobre las Cinco grandes Shinobi, sin embargo una nueva amenaza cae sobre nuestros héroes, algo que los llevará a desafiar las reglas que la sociedad les impone con tal de defender a aquellos a quiene...