Capítulo 3

1.4K 115 11
                                    


-Muchas gracias por su hospitalidad, Temari-san, Kankuro-san, Kazekage- Sakura se encontraba las afueras de la aldea de la arena despidiéndose de los hermanos Sabaku, después de haber permanecido cerca de dos semanas en su casa, trabajando junto con Kankuro en la investigación de un veneno encontrado por Shizune en unos shinobis de Konoha que habían sufrido un ataque en una de las misiones más recientes.

-Solo Gaara está bien Sakura – respondió el líder de la Arena devolviendo una reverencia a la chica frente a ellos.

-Deja los formalismos, después de todo posiblemente nos convirtamos en familia, ¿no, Kankuro? - el aludido recibió un golpe con el codo y un guiño de su hermana mayor y no pudo hacer más que sonrojarse ante el comentario de la rubia.

Sakura se reía nerviosamente, recordando lo complicadas que habían sido estas dos semanas trabajando codo a codo junto al hombre que podría convertirse en su futuro esposo, aparte de Shizune y ella misma, Kankuro era la única persona que podría ayudarlos a conocer más acerca de este para poder encontrar una cura y si contaban con suerte la fuente del mismo. Fueron incontables las veces en las que Temari los había obligado a salir a cenar juntos justificando su ausencia con una muy apretada agenda para ella y su pequeño hermano el Kazekage.

Kankuro era un hombre confiado, pero no podía evitar mostrarse avergonzado ante los nada discretos intentos de emparejarlo con la pelirrosa, sin embargo fiel a su estilo, desde el primer día, ella había dejado muy en claro que no tenía intenciones de casarse en un matrimonio arreglado, así que habían decidido simplemente ser amigos y continuar su trabajo en conjunto como científicos sin ningún tipo de incomodidad ni malos entendidos, a lo que el shinobi de la arena no pudo refutar, no sin algo de dolor, respetando la honestidad y amabilidad de oji verde.

-Gracias, Gaara, espero visitarlos pronto nuevamente – con una última sonrisa Sakura se dio la vuelta y emprendió el camino de regreso a su hogar. Extrañaba mucho a sus chicos y el problema que le esperaba en casa le hacían tener una urgencia por regresar, así que decidió que haría solo las paradas que fueran necesarias para comer y recuperar energía. Había estado viajando durante un día a un ritmo bastante rápido y cómodo, sabía que estaba cerca de su aldea así hizo su última parada, afortunadamente tenía suficientes raciones de comida, por lo que no era necesario que cazara algo, moría de hambre y mientras devoraba las nada apetecibles barras de comida, repasaba mentalmente el progreso que había tenido con su investigación sobre el veneno, se sentía satisfecha de finalmente tener un avance, no aguantaba las ansias de compartir con su casi hermana todo lo que había descubierto gracias a la ayuda de Kankuro y la enorme biblioteca de Sunagakure.

Empacó nuevamente lo que había utilizado y se dispuso a continuar su viaje, cerca de dos horas después de su ultimo descanso logró percibir un chacra desconocido, se detuvo en ese momento y se armó con su kunai esperando, observaba a su alrededor intentando localizar a los posibles atacantes – son dos, no, tres- una explosión la hizo rodar hacia su derecha, inmediatamente se incorporó con una rodilla en el suelo -atrás!- con el kunai detuvo la espada de su atacante -derecha­- lanzó una etiqueta explosiva y saltó hacia el cielo esquivando la explosión.

El tercer atacante lanzó varios senbon a su dirección, acertando a una de sus piernas, en ese momento el cuerpo de la chica fue sustituído por un tronco -¡¡¡Shanarooooo!!!- con un golpe de su puño mandó a volar al shinobi, sonreía arrogantemente – Tengo mucha prisa por llegar a mi casa, ¡así que vamos! Quien de ustedes idiotas es el siguiente- avanzaba lentamente tronándose los nudillos, los otros dos ninjas la observaban asustados incapaces de dar un paso al ver como había terminado su compañero - ¿Ninguno?, bien, ¡¡¡SHANAROOOOO!!!- estrello su puño contra la tierra logrando destrozar gran parte del área en el que se encontraban peleando, los ninjas enemigos intentaron evadir el ataque, pero la fuerza del golpe los hizo caer bajo los escombros.

El ClanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora