Capitulo 14

1.5K 120 2
                                    

El resto de la semana Edward estuvo llendo y viniendo.

Llegó viernes y con ello la graduación.

Estuve ahí a tiempo para escuchar el final del tonto discurso de Jessica Stanley.

—Venus Moon

Me llamaron, pasé a recoger ese papel que seguro compraron por mayoreo y voltee a mirar a Charlotte quien había llegado un día antes precisamente para este día.

Edward ya se encontraba abajo así que me dedicó una sonrisa cuando lo miré.

Me reuní con Charlotte y me abrazó.

—¡Estoy tan feliz por ti!

—Solo es la preparatoria, Charlotte. No me estoy graduando de medicina o algo así.

—No, no. Tu mal humor guardalo para otro día.

Sonreí.

—Okey

—Tengo malas noticias, no me podré quedar más tiempo. Me llamaron del banco y tengo que regresar.

—Ah, cierto. Tu trabajo.

Ella sonrió.

—Estoy segura que estarás en buenas manos —dijo echando una mirada detrás de mi.

Voltee a seguir su vista y Edward estaba mirándome.

—Sé buena con él, ¿Si? Te ama demasiado.

—Es solo mi amigo.

—¿Tratas de convencerme a mi o a ti? —preguntó sonriendo.

Rodé los ojos y me despedí de ella.

Edward se reunió conmigo unos segundos después.

—Felicidades

—Eso está un poco demás ahora, ¿No?

—Te esperaré a que te cambies y después iremos a mi casa.

—Bien bien.

Caminamos hacía su auto y nos subimos.

—Te compré algo —dijo y me entregó una pequeña caja.

—¿Gracias?

—¿No vas a abrirlo?

—Bueno...—lo abrí y había un collar con dos dijes de cristal. Uno era un corazón y otro un logo con las letras "BMW".

—Se que odias tu primer nombre, "Bárbara", y también el apellido de tu madre, "Wester". Pero se me ocurrió una gran idea desde que supe tu nombre completo.

Ni siquiera se me ocurría que decir.

—Ya sabes, te gustan los autos y eso. Así que BMW espero que haya sido una buena idea.

Inhalé profundo.

—Gracias...no puedo creerlo. Edward, yo solo te compré una pulsera.

—¿Puedo verla?

Se estacionó en mi casa.

—Claro, pero tendrás que venir conmigo.

—Siempre

Fuí por ella a mi cuarto y bajé.

Le entregué la cajita y él la abrió, la pequeña cadena estaba cubierta de plata y colgaba un pequeño murciélago.

—Mi regalo se quedó pálido en comparación con él tuyo —dije.

—No necesitabas darme un regalo, tu compañía es más que suficiente.

Enrojecí por un momento.

—Debo ir a cambiarme

Subí a mi cuarto, me puse un vestido negro que me había comprado Alice, y al final me recogí el cabello en una coleta.

Bajé hasta donde me estaba esperando.

—¿Tienes ganas de ir al cine después de la fiesta? —preguntó

—Seguro, ¿Me ayudas con el collar?

Se levantó y me ayudo a ponerlo.

—Tu cabello luce más blanco que otros días —susurró tan cerca de mi.

—¿Sabes? Hay algo que también me gustaría como regalo de graduación.

—Creo que tengo una idea de que es, pero tenemos que irnos.

—Pero quería un helado.

Él se quedó serio.

—¿De verdad?

—No, solo quería ver tu reacción.

—Muy graciosa.

—Él último en llegar a tu casa invita los helados.

—Nada de eso, no dejaré que conduzcas usando ese precioso vestido.

Nos subimos al auto y condujo hasta su casa, donde Alice claramente echó la casa por la ventana con la decoración.

Saturno, Marte, Venus y Edward (Edward Cullen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora