Capitulo 4 -- Dinner with the killer

3.5K 192 6
                                    

Hubo un silencio incómodo hasta que oímos los pasos de Charlotte.

-¿Ya se van? -preguntó

-Si -respondí

Salimos y nos subimos a su auto. Condujo en silencio por unos quince minutos y ya estabamos en el centro comercial, pero no nos detuvimos ahí sino que pasamos de largo hasta un restaurante.

-¿Tienes algo en contra de la comida rápida? -pregunté

No respondió y estacionó su auto, luego dió la vuelta para abrirme la puerta.

-Gracias

Subimos los pocos escalones y me detuve en la puerta.

-Sabes, no tiene caso que esté aquí contigo si no vas a hablar conmigo.

-Lo siento -murmuró

Dí la vuelta y comencé a caminar hacía el centro comercial. De repente sin que hiciera ruido alguno, Edward ya estaba a mi lado.

-Me rindo -dijo- Seré un poco sincero si vuelves conmigo.

-¿Un poco?

Suspiré.

Regresamos al restaurante y pidió una mesa para dos en un lugar apartado.
Apenas nos habíamos sentado y llegó la mesera.

-¿Qué desean ordenar?

-Una ensalada y una soda, por favor -pedí.

La chica escribió rápido y se volteó a mirar a Edward.

-¿Y para ti?

-Una soda también, gracias

La chica se fue.

-Escucha...-empecé a decir-No tienes que explicarme nada, ¿De acuerdo? Todos tenemos secretos y eso no es malo.

Asintió.

-¿Recuerdas que te dije que sería mejor que no fueramos amigos?

-Claro

-¿Piensas hacerme caso?

-No le hago caso ni a mi madre, ¿Piensas que te haré caso a ti?

Sonrió.

-Bueno, entonces podemos intentar ser...amigos, supongo.

-Amigos -repetí

-Pero te prevengo que no voy a ser un buen amigo para ti.

-Nadie lo es

En vez de la chica regresó un chico, bastante elegante y lindo, nos dejó los vasos con refresco y mi ensalada.

-¿Deseas algo más? -me preguntó directamente con una sonrisa.

-Por ahora no, ¿Edward?

Edward negó con la cabeza pero el chico ni siquiera lo miró.

-Si necesitas algo, estoy a tu completa disposición -dijo y se fue caminando despacio.

-Eso fue raro -dije

-Incomodo

-Bueno, no haré preguntas complicadas. Solo fáciles.

-Antes déjame hacer una -pidió.

-Claro

-¿Qué piensas?

-Nada exactamente

-Creo que estas mintiendo

-Claro pero igual no pienso decir lo que estaba pensando. Así que pasando a la mía, ¿Por qué te mudaste a Seattle?

-Mi padre recibió un traslado a este hospital -dijo.

En lo que esperé a que siguiera empecé a comer mi ensalada.

-Dime lo que pensabas, por favor

-Creo que igual no es de mi incumbencia

-Aun así me gustaría saber

-Intentaba averiguar a que te referías con que no eras una buena persona. Solo que...hay muchas formas de ser una mala persona.

-¿Has apostado por alguna?

-No

-Dime algunas

-Bueno, probablemente haz robado, mentido o en el peor de los casos matado a alguien -susurré.

Él agachó la cabeza.

-De acuerdo... ¿Por qué lo hiciste?

-Eran personas malas, creí que hacía un bien...pero me volví el mismo monstruo.

-Entiendo

Nuestra conversación se desarrollaba en susurros.

-Te estoy confesando que soy un asesino, ¿Cómo puedes estar tan tranquila?

No respondí y me limité a terminar lo que me quedaba de refresco.
Saqué mi cartera y dejé suficiente dinero para pagar lo que comimos.

-Gracias por la cena

Me levanté y salí de ahí. Me odié por no traer la moto, ahora tendría que esperar un taxi.

-Venus, espera -pidió detrás de mi- Yo te llevo a casa, si quieres...

-Bien

Saturno, Marte, Venus y Edward (Edward Cullen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora