Saturno, Marte, Venus y Edward (Edward Cullen)

Capitulo 43

La mencionada me miraba como si estuviera apunto de arrancarme la cabeza.

Aro me extendió su mano, pero Isabella hizo ademán de interponerse.

—Esta bien, Bella —la apremió Aro

Ella se apartó ligeramente y yo tomé la mano de Aro.

En cuanto me tocó hice que solo viera ciertos fragmentos de mi pasado. Había practicado esto con Edward, dejar que leyera solo los pensamientos que yo le permitía.

—Interesante —murmuró— Que dotada...

Suspiró pesadamente, mientras yo me concentraba en adquirir los dones de Isabella.

—Me hubiera encantado conocerte en otras circunstancias....

—¿Y por qué nos acusan? —preguntó Edward aunque conocía bien los detalles.

—¡Alianza con los lobos! —reclamó Cayo

—No es lo que ustedes creen —interrumpió Edward— Estamos en pleno mediodía, Cayo. Resulta claro que no son hijos de la luna. No tienen relación alguna con tus enemigos del otro lado del mar.

—Aquí crían mutantes

—Ni siquiera son hombres lobo —contestó Edward— "Metamorfos" los describe mejor.

—Conocen el secreto de nuestra existencia —espetó Cayo.

—Tambien ellos son criaturas del mundo sobrenatural —intentó "calmarlo" Aro.

Isabella eschaba chispas a la espera del enfrentamiento.

—Deseo hablar con la informante —anunció Cayo y se volteó a mirar a Irina.

Ella no estaba prestando atención a la conversación, sino que tenía la vista clavada en sus hermanas con el sufrimiento escrito en el rostro.

—Irina —la llamó Cayo con rudeza

Ella alzó la vista, al principio sorprendida y luego asustada.
Cayo chasqueó los dedos.

Irina avanzó con paso vacilante desde el límite de la formación Vulturi para presentarse de nuevo ante el anciano.

Tanya y Kate se adelantaron, presas de la ansiedad.

—Estabas molesta con los Cullen. ¿Me equivoco?

—No, estaba enojada —admitió

—¿Y por qué? —quiso saber Cayo

—Porque los licántropos mataron a mi amigo y los Cullen no se hicieron a un lado para dejar que yo lo vengara.

—Licántropos, no: metamorfos —corrigió Aro

—Así pues, los Cullen se pusieron de parte de los metamorfos en contra de nuestra propia especie, incluso cuando se trataba del amigo de un amigo.

Edward se tensó a mi lado.

—Yo lo veo así —replicó Irina

—¿Deseas formular alguna queja contra los Cullen? —continuó Cayo.

—No, no lo deseo.

—Pues, estos no son hombres lobos. Debiste asegurarte primero

—Asumo la completa responsabilidad de mi error

Cayo hizo una señal rápido con las manos, pero nadie se esperaba lo que pasó en seguida.

En tres rápidos movimientos, uno de los hombres se acercó hasta Irina, la tomó del cuello y se oyó un chirrido, para después ver como la cabeza de Irina estaba separada de su cuerpo.

—¡Zafrina! —gritó Edward

A la vez, Eleazar sujetaba a Tanya de modo que no se pudiera mover, y Garrett hizo lo mismo, pero Kate lo tiró al suelo.

—Tanya esto es lo que quiere —intentó hablarle Carlisle mientras yo trataba al máximo de disminuir y su enojo— Si atacan ahora moriremos.

Ambas chicas parecieron calmarse un poco.

No me dí cuenta en que momento Jane comenzó a mirar a Edward, pero de pronto él cayó al suelo retorciendose de dolor.

Usé el escudo robado de Isabella y lo protegí, a él y a todos a mi alrededor.

Lo ayudé a levantarse.

—Funciona —murmuró

Jane intentó hacerle daño a algún otro miembro, pero no funcionó.

Ya había adquirido los dones de Jane y Alec, solo esperaba el momento de la lucha.