Una vez sola intenté llorar todo lo que pude, aunque solo salía un sollozo extraño de mi garganta.
¿Y si yo era tan valiosa como Eleazar decía y Aro se conformaba conmigo para mo matar a los demás?
Después de un par de minutos lo decidí, aunque Alice podría ver mi decisión...
Pensé en ella e intenté bloquearla de alguna forma, imaginar que ella no podía localizarme.Tomé una bolsa y metí algo de dinero ahí. Salí de la casa y para mi suerte estaba nublado. Me subí a un auto y avancé hasta salir a la carretera.
Por el retrovisor pude ver como Edward me seguía así que no quedó de otra que cambiar de rumbo. de rumbo y me dirigí a aquel restaurante donde cenamos juntos por primera vez.
Una vez estacionada, Edward se paró frente a mi con una expresión extrañada.
¿A dónde va? —pensó
—¿Te encuentras bien? —murmuró, con la voz llena de ansiedad
—Si, solo quería...
Mi voz se apagó y él volteó la vista al restaurante.
—Dudo que se te antoje algo de este menú, pero entiendo que hacemos aquí —dijo y me extendió la mano— Vamos.
Entramos y Edward pidió la mesa que habíamos ocupado aquel día.
—¿Por qué no me dijiste que vendrías aquí? —preguntó confundido.
—No quería distraerte de los planes que tenían que hacer —mentí
—Fue muy extraño, volví porque Alice dejó de verte. No como si hubieras muerto, sino era algo más...
Entonces funcionó.
—Extraño —susurré
Hubo un breve silencio.
—Creo que lo único que extraño de ser humana, además de la pizza, es el efecto del alcohol.
Edward me vió mal.
—Solo digo —me defendí— Servía para olvidarte del mundo un rato.
Después de solo pedir un par de sodas nos fuimos del lugar y caminamos por las calles de la ciudad en silencio.
Se detuvo y tomó mi cara entre sus manos para besarme, luego de eso sonrió.—Alice dió vueltas a la creación por hacer la boda lo antes posible —comentó
—¿Acordó una fecha?
—Cuatro de noviembre —murmuró
Abrí los ojos como platos.
—¡Es la otra semana!
Él sonrió nuevamente.
—Bueno, quiere que tengamos una luna de miel un poco más larga —dijo y hubo un breve silencio antes de que añadiera— En cuanto volvamos te enseñará tu vestido.
—¡¿Qué?! ¿Cómo?
—En cuanto te mudaste con nosotros tuvo esa visión, excepto que eran circunstancias diferentes, así que decidió pedir el vestido con demasiada anticipación.
Sacudí la cabeza.
—Alice
—¿Estas lista para volver a casa?
Asentí.
Volvimos a casa y tal cómo lo había dicho Edward, Alice me llevó a ver el vestido.
—Tu...fuera —le dijo a Edward
—¿Por qué? —pregunté
—Venus —gruñó— Ya conoces las reglas. Se supone que el no puede ver el vestido hasta el día del evento.
—Igual ya lo vió en tu mente, pero si así lo quieres...
Empujó a Edward hacía la puerta. Después de echarme una mirada rápida, Alice le cerró la puerta en las narices.
—¡Genial! —murmuró— Vamos
Me tomó de la muñeca y me arrastró hasta su clóset, que era casi del mismo tamaño que nuestro dormitorio, y después me jaló hasta la esquina más lejana, donde una gran bolsa blanca para ropa ocupaba ella sola todo un perchero.
Abrió el cierre de la bolsa con un solo movimiento y después la retiró con cuidado de la percha. Dio un paso hacía atrás, alargando un brazo hacía él como si fuera la presentadora de un programa de concurso.
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Saturno, Marte, Venus y Edward (Edward Cullen)
Fanfiction"¿Y si al final no soy lo que tu ves?" Venus Moon, una chica con extremada popularidad vive una vida bastante inusual en el estado de Seattle. Su vida se volvería aún más extraña al conocer a un chico de piel palida y ojos color dorado llamado Edwar...