capítulo número seis:
la princesa y la reina
Al escuchar aquellas palabras dejo a Aemond atrás, sin darle una explicación, ni decir nada, sus piernas comenzaron a moverse solas, casi corriendo para buscar a su madre o alguien que le dijera como era la situación actual de esta.Sus manos temblaban, su corazón latía a mil por hora, algunos nobles que se encontraban en el lugar la miraban, caminaba desorientada y con sudor empapando su frente, para este punto había olvidado el camino a los aposentos de su madre, aún cuando había estado allí por la mañana.
Miro a su alrededor intentando reconocer a algún guardia o sirvienta que le resultara familiar, aunque lo más probable es que todas las que conocía estaban con su madre, alentándola a pujar. Y eso solo la hizo preocuparse más, no sabía que tan doloroso y traumatizante fuera un parto, aunque su madre ya había pasado por uno de esos tres veces.
Hasta que mientras caminaba desconcertada se encontró con su padre, Sir Laenor Velaryon estaba pálido, con la piel sudada y caminando de la misma manera que su hija, pues esta había heredado los nervios de su padre imitándolo de manera casi perfecta.
─ ¡Padre!
La princesa pronunció corriendo hacia aquel hombre que el pueblo aseguraba que no era su padre, pero a ella no le podría importar menos y al hombre también. Cuando Rhiannon nació ese hombre estuvo para verla, la cuido durante interminables noches para que Rhaenyra pudiera descansar, encerrándose con ella en los aposentos de la princesa, durmiendo en una silla al lado de su moisés, despertándose por el mínimo ruido que está hiciera.
Cuando se enteró de que su esposa había comprometido a su pequeña y frágil hija con el príncipe Aemond casi se alza en armas, mientras le decía a Rhaenyra ─ o más bien la regañaba ─ que como era posible que hiciera eso. Se opuso al matrimonio, con el tiempo terminó accediendo.
Así que el hombre comenzó a ser egoísta y posesivo con su hija, los primeros años de vida de Rhiannon estaba presente en cada plática con el príncipe, hasta que con tiempo comenzó a soltarla y dejarla ser más libre.
─ Rhiannon... ─ pronunció caminado hasta la recién nombrada.
Tras eso se agachó a su altura y la abrazó, buscando el confort que él debería estar dando, pero no podía, él estaba más que preocupado por toda la situación, así que su hija de casi nueve días del nombre tuvo que ser la que abrazaba a su padre, luciendo preocupada.
─ ¿Cómo está madre? ¿Entró hace poco en labor? ─ preguntó con una voz entrecortada.
Entre susurros mientras su padre la levantaba del suelo, abrazándola por la pequeña cintura y ella enroscaba sus brazos en su cuello, enterrando su rostro en su pecho, esa era la forma en la que padre e hija se mostraban cariño.
Laenor Velaryon era mucho de abrazar a su única hija, su vínculo con ella era más fuerte, ya que al ser la única mujer no tendría muchas obligaciones, ni al casarse las tendría, pues Aemond Targaryen solo era un hijo más de Viserys y Alicent, en todo caso es parte de la línea de sucesión de Rhaenyra, pero Rhiannon era hija de la heredera, ella estaba mucho más arriba que su tío.
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YES TO HEAVEN ─ house of the dragon
FanfictionYTH | Rhiannon siempre fue la debilidad del príncipe Aemond, no importaba que a sus ojos y a los de su madre fuera una bastarda, ella era diferente a cualquiera de su familia, siempre haciéndolo feliz, aunque esta lo odiara. Él siempre amaría a Rhia...