capítulo número cinco:
pastel
Todos los días eran iguales, con el mismo clima y la misma rutina de siempre. Estudiar, estar en las reuniones del consejo real sirviendo vino y cerveza, a veces pasarse por los entrenamientos de los hombres a observar, estar todo el día pegada a Rhaenyra y su panza a punto de explotar.Pues dentro del vientre de la futura primer reina de los sietes reinos había un bebé, la princesa había recibido por cuarta vez la gran noticia de que se convertiría en madre de un posible bebé de cabellos castaños, que sería igual de amado que sus otros tres vástagos, sus dos hijos guerreros y su amable e inocente Rhiannon, su única hija.
Y la noticia del nuevo miembro de la familia Targaryen-Velaryon los había vuelto locos a todos, Laenor Velaryon estaba feliz porque por fin podría nombrar a su hijo como tanto había deseado, mientras que Jacaerys tenía un sentimiento agridulce, ya tenía dos hermanos menores a los que debía estar cuidando todo el tiempo, llevarlos de las manos y guiarlos por un camino sin fin. Mientras que sus dos hermanos menores hacían apuestas siempre que estaban cerca de Rhaenyra y su voluptuosa barriga, debatiendo si sería una niña o un nuevo príncipe.
Lucerys estaba vuelto loco de sólo comprender que se convertiría en un hermano mayor y ya no sería más aquel niño dulce de mamá, ese que su abuelo Corlys arropaba bajo su manto y dormía toda las noches abrazado de su hermana mayor. Por su parte, Rhiannon deseaba que su hermano o hermana saliera de su fosa, pues había estado teniendo una cantidad exagerada de pesadillas, acompañadas de los síntomas que su madre sufría debido al embarazo.
Todas las pesadillas eran lo mismo, aquel pequeño bebe moría de manera trágica, al igual que todos los que la rodeaban. Siempre se levantaba en medio de la noche, sudada y con ese sentimiento extraño en su pecho, como si eso fuera a suceder, como si Helaena le hubiera traspasado su extraño don, ¿acaso juntarse demasiado con ella le estaba haciendo eso?
Este día no había sido diferente a los demás, despertó muy temprano por la mañana, empapada de gotas de sudor que corrían desde su frente hasta caer en su camisón, llenando de gotas toda la parte superior de este, supo que era muy temprano cuando salió de sus aposentos en busca de su madre y nadie la detuvo, salvo por los capas blancas fuera de su habitación que le preguntaron a donde se dirigía.
Dio pasos largos hasta llegar a los aposentos de su madre, rodeada del aire embriagador que se colaba a todas horas y por todas partes en la fortaleza roja, observando como a su alrededor apenas comenzaba el día, escuchando a las doncellas susurrar entre ellas mientras se vestían y se dirigían a su persona correspondida, las niñeras alistándose para tener que soportar al cúmulo de jóvenes príncipes que se encontraba esparcido por el castillo, algunas rezando en voz baja que Aegon Targaryen no hiciera nada extraño, pues no era un secreto su extraña fascinación por las doncellas jóvenes y de esa clase había por montones en los grandes pasillos del gran castillo.
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YES TO HEAVEN ─ house of the dragon
FanfictionYTH | Rhiannon siempre fue la debilidad del príncipe Aemond, no importaba que a sus ojos y a los de su madre fuera una bastarda, ella era diferente a cualquiera de su familia, siempre haciéndolo feliz, aunque esta lo odiara. Él siempre amaría a Rhia...