012 | the lord of the tides

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capítulo número doce:
el señor de las mareas

La princesa de cabellos castaños corrió hasta llegar a aquella entrada, donde salían los caballos y por donde entraban todos aquellos que visitaban el castillo de la casa Targaryen, acomodó sus cabellos al escuchar a su madre ser presentada junto ...

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La princesa de cabellos castaños corrió hasta llegar a aquella entrada, donde salían los caballos y por donde entraban todos aquellos que visitaban el castillo de la casa Targaryen, acomodó sus cabellos al escuchar a su madre ser presentada junto con Daemon, se posó al lado de uno de los hombres que estaban allí para recibirlos.

Pues nadie más que ella se había dignado a estar allí, ni siquiera por obligación, pero así era la Fortaleza roja estos días, desde que su abuelo había dejado de reinar, los Hightower habían convertido la corte en algo horrible, odiaba estar bajo el mandato de dos personas que solo la veían como la amiga de Helaena y la esposa de Aemond, cuando ella era más, era princesa, hija de la heredera del trono de hierro, segunda en la línea de sucesión.

Cuando la carroza se abrió de inmediato posó sus manitas sobre su barriga, susurrándole al bebé dentro de esta que sus abuelos y tíos estaban allí, viniendo a hablar sobre lo que le pertenecía a Lucerys por ser el heredero de Marcaderiva.

Se arrepintió de no traer a Maegor con ella, pues le parecía necesario que su pequeño hijo se relacionara con su familia, que tuviera algo de las costumbres Targaryen que eran nulas en la familia de Aemond, todos vistiendo de colores verdes, como si su apellido fuera Hightower, era sorprendente como ella siendo una Velaryon portaba de manera regular los colores rojo y negro, con vestidos con el escudo de la casa. Aunque la Reina siempre ordenaba que se confinaran vestidos verdes para Rhiannon, pero ella siempre se negó a vestirse a ella o a su hijo con aquellos colores.

La primera en salir de la carroza fue Rhaenyra, luciendo una panza de embarazada mucho más pequeña que la de su hija, mirando a su alrededor el castillo donde creció, donde nacieron sus hijos y se criaron como ella lo había hecho, mientras toda su familia se bajaba, la única hija de la mujer no pudo evitar bajar los escalones corriendo, siendo retenida por uno de los Lords quien le extendió el brazo para que bajaran juntos.

Al llegar hicieron una pequeña reverencia mientras toda la familia miraba hacia la barriga de Rhiannon, habían sido enterados de que estaba en espera de su segundo vástago, sin embargo, no sabían cuántas lunas tenía.

─ ¡Bienvenida, madre! ─ dijo con una sonrisa mientras pasaba sus ojos a cada uno de sus familiares.

Observando lo grande que estaba Joffrey, lo largo del cabello de Rhaena, a sus hermanos y padre mirándola anonadada, lo que la hizo soltar una risita, mientras su madre apoyaba sus manos sobre su vientre hinchado, haciendo que diera unos pasos hacia ella para que sus barrigas chocaran.

La heredera al trono de hierro no pudo evitar pensar en lo extraño que es estar embarazada al mismo tiempo que tu hija, pero pensar en que sus pequeños tendrían la misma edad, la hizo sentirse feliz, sabiendo que quizá así podría ver más seguido a su Rhiannon.

YES TO HEAVEN ─ house of the dragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora