capítulo número trece:
una cena peculiar
La noche llegó, con una poca esperada cena donde los dos lados de la familia compartirían, por petición de Viserys Targaryen, argumentando ─ como siempre ─ que deseaba ver al menos una vez en su vida a toda su familia junta, compartiendo tiempo con risas y paz como siempre lo deseo.Algunos estaban de pie y otros sentados sobre sus respectivos lugares, Rhiannon se encontraba de pie al lado de Aemond, apoyando su cabeza en el hombro de este mientras una de las manos de su esposo acariciaba su vientre.
Bajo la mirada disgustada de Daemon Targaryen, que no podía hacer más que tragarse sus pensamientos, sosteniendo la mano de su esposa bajo la mesa, susurrando entre ellos cosas sobre todos sus hijos.
La mano grande de Aemond paseo por la barriga voluptuosa de su esposa, platicando sobre qué faltaba poco tiempo para el nacimiento de su próximo hijo, está vez le tocaba a él nombrar a su segundo vástago, iba a decir algo, pero fue interrumpido por Aegon, quien apareció frente a ellos, aventando la mano de su hermano para reemplazarla por la suya.
Queriendo molestarlos a los dos, cosa que acostumbraba a hacer desde que eran pequeños, pero ahora lo hacía con los embarazos, molestando a su hermano menor con cositas como estas o algunas más obscenas que no debía en presencia de su sobrina, al menos tenía decencia.
Rhiannon alejó su mano rodando los ojos, dejándolos solos para acercarse a sus dos hermanos y hermanas, quienes estaban platicando sobre su corta estadía en Desembarco del Rey, escuchando a Rhaena susurrar que no le gustaba la soledad dentro del castillo.
─ Y es por eso que me ofrecí a ser tu compañía, pero veo que no la quieres, hermana. ─ dijo la princesa de cabellos castaños, fingiendo que estaba ofendida.
─ ¡Nnon, que hermosa! ─ dijo Baela.
Haciendo que está se acercara a abrazarla, susurrando lo mucho que la habían extrañado, pues ella había sido tomada como pupila de su abuela, llevándola a Marcaderiva, dejando sola a Rhaena en Rocadragón, haciendo que las tres estuvieran rodeadas de desconocidos o en soledad, todo lo contrario a cuando vivían en Rocadragón.
Comiendo pastel mientras las hijos de Daemon eran instruidas en algún danza que implicará armas, Rhiannon nunca lo hizo, ella tenia su inteligencia para luchar.
Las doncellas entraban por docenas para dejar todo tipo de comida sobre la mesa, al parar entró Viserys Targaryen, haciendo que todos corrieran a acomodarse en su respectivo lugar, la princesa Velaryon se despidió con un beso en las mejillas de sus hermanas para caminar hacia la silla acomoda al lado de Aemond.
Haciendo que Jacaerys la mirara enojado por no dejar en un beso en su mejilla, Rhiannon sonrió mientras se sentaba, observando a Rhaena y Lucerys sentados al otro extremo de la mesa, justo frente a ella y su esposo, sus dos hermanos le sacaron la lengua haciéndola reír en voz baja.
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YES TO HEAVEN ─ house of the dragon
FanfictionYTH | Rhiannon siempre fue la debilidad del príncipe Aemond, no importaba que a sus ojos y a los de su madre fuera una bastarda, ella era diferente a cualquiera de su familia, siempre haciéndolo feliz, aunque esta lo odiara. Él siempre amaría a Rhia...