009 | an eye for an eye

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capítulo número nueve:
un ojo por un ojo

El ojo de Rhiannon dolía demasiado, aún cuando uno de los maestres le ofreció leche de amapola, ese no dejaba de doler, su manita lo tapaba en un intento de acabar con el dolor, pero no servía de nada

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El ojo de Rhiannon dolía demasiado, aún cuando uno de los maestres le ofreció leche de amapola, ese no dejaba de doler, su manita lo tapaba en un intento de acabar con el dolor, pero no servía de nada. Su rostro estaba lleno de lágrimas, sentada en un sillita con una doncella frente a ella, era una de las pocas que se preocupaba por ella, arrodillada frente a la princesa, acariciando su ojo lastimado mientras le pedía que se calmara.

Frente a ellos, a unos escasos metros se encontraba Aemond Targaryen, sentando mientras le cosían el ojo, Lucerys prácticamente lo dejó ciego del ojo derecho, destrozando su córnea y despedazando la piel a su alrededor, haciendo que la sangre escurriera por su rostro, sin embargo, él no lloraba, estaba completamente normal, sentía dolor, claro que lo hacía.

Los cuatros niños restantes dándose apoyo como podían, pues Rhaenyra y Daemon no estaban, lo cual era extraño, toda la nobleza había sido comunicada del altercado, además, ellos eran padres de los cinco niños y todos estos tenían alguna parte lastimada, todos con sangre en sus rostros, los peores eran Rhiannon y Lucerys, él niño tenía la nariz rota y la niña a punto de perder el ojo.

La princesita miró enojada a Aemond, se sentía mal por lo que le había pasado, nadie merecía quedarse sin ojo de la noche a la mañana, ninguno de ellos lo merecía, pero los había llamado bastardos y eso fue ir muy lejos, ellos no lo eran, su padre era Laenor Velaryon, sus cabellos castaños no eran sinónimo de bastardía, ellos tienen sangre Arryn y estos son de cabellos castaños y ojos color aceituna, nada aseguraba que fueron hijos de Harwin Strong. ¿Y que si lo eran? Sir Laenor y Lord Corlys los habían legitimado, la historia no recuerda la sangre, recuerda nombres y apellidos.

Viserys Targaryen estaba vuelto loco, su hijo y su nieta estaban lastimados del ojo, aunque, si pudiera ser sincero, le preocupaba más el estado de la niña que de Aemond, su nieta era todo para él, era todo lo que él nunca pudo ser y todo lo que ninguno de sus hijos ─ incluida Rhaenyra ─ podrían ser jamás.

─ ¿Como es qué permitió que esto pasará? Tendré respuestas.

Viserys hablaba cansado, harto de esta situación, tendrían que pasar un gran rato tratando de entender que había llevado a los niños a quitarle el ojo a Aemond y porque este los golpeó a todos, incluso a su prometida.

─ Se suponía que los príncipes estaban en cama, mi Rey.

El guardia que los encontró habló, pues solo ellos habían visto el final de la pelea, donde Aemond cayó al suelo agarrándose el rostro, con una Rhiannon lastimada, gritando y tratando de acercarse a él, mientras todos miraban anonadados la situación, era defender o morir, solo que se pasaron un poco de la raya.

YES TO HEAVEN ─ house of the dragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora