02: Emociones desordenadas

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Pregúntame por qué tengo el corazón atascado en la garganta. Nunca he estado enamorado, he estado solo. Siento que he vivido dormido. El amor es tan fuerte que me hace sentir débil. ¿Estás solo?

Jueves, 22 de Junio.

Hyunjin miró las estrellas en el techo e hizo una mueca. El recuerdo de su padre ayudándole a pintarlas meses antes de su muerte le hizo estremecer.

«¿No te recuerda la mentira de tu mamá?».

Negó repetidas veces y se preguntó por qué estaba volviendo a los recuerdos que creyó haber superado. A pesar del punzante dolor en la cabeza, quiso ahondar más en ello, pero el sonido de los pasos de su madre le hizo recordar que tenía un trabajo al cual asistir.

«Ahora todo el asqueroso día por idiota».

Le dio una última vista al techo estrellado y se levantó con pereza. Tomó el vinilo que escondía debajo de su cama y salió en búsqueda de la mujer.

—Buenos días —murmuró en cuanto la vio frente a la estufa. Se acercó a ella y le dio un corto beso en la mejilla—. ¿Podemos usar el reproductor de vinilos?

—Buenos días —canturreó—. Y claro que sí. ¿Qué piensas poner, cariño?

—Ella Fitzgerald —respondió mientras buscaba en los estantes el reproductor. No tardó en encontrarlo, y acomodó el vinilo con las instrucciones que, recordaba, sus padres le habían dado años atrás—. Hace mucho no la oía.

—¿La colección de 1935? —Hyunjin asintió—. ¡Oh! La oías mucho cuando estabas pequeño. Recuerdo que tu papá castigó tu vinilo por un día porque no parabas de repetir la misma canción una y otra vez. —Negó con la cabeza y soltó una carcajada—. ¿Cuál era?

Hyunjin detuvo hasta su respiración por unos segundos, y mordió su labio antes de responder.

Dedicated To You —murmuró.

«La canción favorita de Felix... y mía», quiso agregar, pero se contuvo. Continuó acomodando el vinilo, y la música no tardó en llenar la cocina.

—Oh, Dedicated To You —la mujer repitió enfatizando el nombre. Hyunjin asintió y la observó los segundos que tardó en recordar. Ella le devolvió la mirada e hizo un gesto preocupado, pero Hyunjin le restó importancia encogiéndose de hombros—. En secreto, yo también la disfrutaba cada vez que la ponías.

Hyunjin soltó una carcajada y negó. Sabía que su madre mentía.

—¿Quieres que te ayude?

—Oh, no, está bien. La mesa está hecha, vamos a sentarnos y me cuentas cómo te fue en el nuevo turno.

—¿En serio quieres saber? —ella asintió. Hyunjin suspiró—. Al menos no me comieron vivo —intentó bromear, pero ni a él ni a su madre les causó gracia—. Creo que no les agradé: me miraban mal.

—No les hagas caso, seguro extrañan a su compañera. —Le dio una palmada en la mejilla e hizo que se sentara.

—Debes recordarme no permitir que me sobornen, mamá —se quejó.

—Tú debes acordarte —la mujer regañó—. Mira, escuché que la señora Lee falleció, ella era abuela de tu compañero, Isak. Puede ser que por eso insistió tanto en el cambio de turno, ¿no crees?

when I c u | Hyunlix [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora