Interludio: Antes de partir, Felix

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Es siempre el efecto de masa que nos clasifica y nos golpea. Sobre las pantallas, bajo máscaras. En miradas que ríen, es siempre el efecto de masa.

Felix se abrazó a sí mismo mientras se preguntaba qué había hecho mal como para haber recibido un golpe de su padre tan fuerte que casi creyó haber perdido alguna extremidad entre el hecho y su caída al suelo.

Escuchaba los gritos del hombre, pero no los entendía. ¿Cómo podría si su cabeza repetía una y otra vez la imagen de los ojos furiosos de su padre sobre él? Felix creyó que, de haber podido, esa mirada lo hubiera hecho cenizas.

Sorbió por la nariz y miró a través de la ventana. Poco tiempo atrás había estado con Hyunjin en una burbuja llena de alegría que había querido compartir con su padre al regresar. ¿Ese había sido el error? ¿Ser honesto con su padre había sido malo?

Felix no creía que algo tan bonito como lo que le pasó con Hyunjin fuese malo, pero su padre insistía en lo contrario. Decía que existía algún tipo de enfermedad en ambos, que Hyunjin se la había contagiado, pero, de ser así, entonces Felix debió haberse sentido mal, ¿no es así? No debió haberse creído capaz de tocar el cielo si su padre tenía razón.

Pero, a pesar de lo que Felix sentía, William era su padre, era el adulto y era el que sabía lo que era correcto, así que, ¿por qué no creerle? Felix no intentó contradecirlo cuando recibió más golpes por haberlo hecho una vez. ¿Pero quién podía culparlo por pedir la explicación a algo que no entendía?

Cuando el día siguiente llegó, Felix observó el cielo con la esperanza de que Hyunjin también lo estuviera viendo. Le pidió a las nubes que viajaran hasta él para que le hicieran saber que no quería faltar a su palabra, pero le era imposible salir de casa con su padre hecho una bestia. Le pidió al sol que calentara el corazón de Hyunjin si en caso su ausencia lo enfriaciaba, y rogó porque el jardín de girasoles jamás cerrara, entonces él podría ir allí y guardar sus recuerdos en las pipas mientras esperaban por un reencuentro.

Felix realmente deseaba que fuera pronto, aunque no contó que, de repente, su padre decidiera regresarlo con su madre a Bergen antes de lo debido diciendo que no volvería a Asmaløy hasta que se curara. Pero, ¿cómo podía curar algo que jamás existió? Felix no lo entendía, pero no podía preguntar nada, porque temía que, de hacerlo, su madre también le hiciera daño.

Pero ella no lo hizo.

La mujer esperó a que Felix dicidiera que era seguro confiar en ella, y, cuando eso pasó, Felix le agradeció al cielo haberla tenido como madre. Ella dijo que el que estaba en un error era su padre. Dijo que la gente herida hería, y que él no tenía la culpa de nada. También le prometió que, cuando tuvieran el dinero suficiente, viajarían a Asmaløy para visitar a Hyunjin y entonces Felix podría entregarle cada escrito dedicado a él en nombre del cielo.

Al menos así habían sido los planes hasta que el corazón de Felix fue roto por la crueldad de sus compañeros. Quizás fue porque el día estaba siendo nublado, quizás fue porque un profesor tardó más de lo necesario en su clase, o quizás fue porque había llevado un par de calcetines diferentes. Felix no sabía a qué echarle la culpa por haber sido descubierto siendo besado a la fuerza por un alumno mayor.

Felix recordaba haber sido acorralado y, desde entonces, no dejó de estarlo. En algún punto se preguntó si sería liberado tras una muerte, así que intentó entregarse a ella, pero olvidó que su madre lo amaba, olvidó que lo necesitaba, olvidó que ella era más que suficiente para intentar serlo también.

Volvió a hablarle al cielo luego de asistir a terapia, y, cuando creyó que todo estaría mejor, su padre regresó.

Felix estaba acostumbrado a sus cicatrices, pero el hombre desconocía de ellas, por lo que juró hacer algo al respecto. Felix quiso evitarlo, pero su palabra no significaba nada para él.

De un día al otro, Felix fue separado de su madre como si ella lo hubiese lastimado. Y, en un parpadeo, había sido obligado a abandonar la capital.

Pasó mucho tiempo deseando volver a Asmaløy, pero, cuando lo hizo, odió cada segundo allí, porque sabía que mancharía el recuerdo de una infancia mágica.

Porque Felix no podía no tocar algo sin dañarlo.

when I c u | Hyunlix [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora