Ni siquiera creo que te importe como a mí. Debería parar. El cielo sabe que lo he intentado.
Un día dejaré de enamorarme de ti. Algún día alguien gustará de mí como yo de ti, hasta que eso pase beberé mi café, comeré mi pay y pretenderé que somos más que amigos.
Y, por supuesto, dejaré que rompas mi corazón otra vez.
Jeongin sabía de Felix, oh, claro que sí. ¿Cómo podría no conocer del chico que hacía al cielo gris brillar con una sonrisa? Hyunjin hablaba de él con todo el amor que un corazón herido se atrevía a demostrar.
Jeongin no creía que Hyunjin notara que el odio que decía tener podía parecer cualquier cosa menos eso. ¿Cómo podría ser así si la nostalgia brillaba en sus ojos al observar los recuerdos que tenía de él? Los cuadros, los pétalos de los girasoles secos, la vieja caja de acrílicos e incluso el primer día del sol de medianoche.
Jeongin se guardó los sentimientos reales de Hyunjin para sí... al menos hasta que él había decidido regresar al pasado. Un día fueron al campo de girasoles y Hyunjin mencionó que, en su momento, fueron las flores favoritas de Felix.
Lo comentó con cariño en sus palabras, como si el recuerdo amargo se hubiese cubierto de chocolate. El Hyunjin que Jeongin tuvo enfrente en ese momento no era el mismo que se la pasaba despotricando en contra de Felix cada que podía.
Jeongin lo había mirado con las cejas alzadas y los labios fruncidos.
Hyunjin sonrió de lado y el suspiro que escapó de su boca le hizo saber a Jeongin que, desde entonces, algo no sería lo mismo.
Fingió que el pensamiento no le aterró.
—El centro de los girasoles siempre me recordó a sus pecas —comentó con una sonrisa más grande—. De hecho, cuando lo conocí... se lo hice saber. ¿Alguna vez te dije que lo apodé Pipi por eso? —Jeongin negó, y exigió una explicación con la mirada. La risa de Hyunjin lo colocó en una situación difícil de entender—. Lo siento, es solo que... quizás él no quiso irse. No lo había pensado hasta ahora. Quizás él también mira el cielo con la esperanza de encontrarme en él.
«¿Qué cursilería es esa?».
«Una que no te pertenece».
«¿Y yo para qué quiero esa mierda?».
—¿Qué quieres decir? —decidió preguntar.
—No podría explicartelo, fue algo mío y suyo... nuestro. A veces pienso que no necesitábamos de palabras para entendernos. Éramos... diferentes juntos.
A pesar de todo, Jeongin no pudo haber previsto que Hyunjin sería tan... lindo. Hablar sobre Felix le hacía mostrarse real, por lo que a Jeongin le agradaba.
Y, aún consciente de que los sentimientos de Hyunjin por Felix parecían solo estar dormidos, Jeongin no pudo evitar caer por su mejor amigo poco a poco, sonrisa por sonrisa, amaneceres por amaneceres... ¿Cómo podría no haberlo hecho? Para Jeongin, Hyunjin era todo lo que alguien debería ser.
Jeongin supo que estaba completamente arruinado cuando Hyunjin destruyó el primer estante que le quedaba bien, y no se enojó ni le hizo comprar los materiales de nuevo a pesar de que él insistió.
ESTÁS LEYENDO
when I c u | Hyunlix [✓]
FanfictionHyunjin recuerda a Felix como el niño que, quizás, no quiso irse sin despedirse. El amor que nació entre dos niños que desconocían el significado más profundo de la palabra se congeló en el tiempo con la esperanza de ser despertado, aunque la dific...