13: Hartos del principio

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No prestes atención, porque sé que has sido herido y sé cómo hacerte bien. Ellos no nos molestarán, no lo harán. Pon tu piel sobre la mía.

Cariño, cuando te sientes de esta manera, dime, ¿crees en el amor? Cariño, cuando es real como esto, tú y yo de esta manera, ¿crees en el amor? Te haré un creyente, podemos llamarlo amor.

Déjame protegerte de la locura y el dolor. No tienes que volverte loco. Ellos no nos molestarán, no lo harán. Cariño, te tengo.

Viernes, 4 de Agosto.

Hyunjin se frotó los ojos con fuerza y miró el boceto que tenía enfrente. Era el primer dibujo que había hecho de Felix antes de volverlo a ver, también el intento de distraerse del silencio que se había instalado entre ellos desde la partida de Jeongin semanas atrás.

Hyunjin sentía la ausencia de su mejor amigo cada vez más, en especial cuando Felix se alejaba. Al principio le fue difícil notarlo, pero le fue imposible no hacerlo en cuanto descubrió que lo estaba haciendo a propósito.

Varias veces se preguntó qué había hecho mal, pero, cada vez que intentaba averiguarlo, Felix rehuía.

«¿Por qué estamos volviendo al principio de esta manera tan estúpida?».

Hyunjin guardó el dibujo en el armario, con el resto, y decidió salir. No supo a dónde estaba yendo hasta que se encontró en Stedlig. Sonrió, porque su corazón siempre regresaba al lugar en donde fue más feliz.

Y no era el único.

Escuchó unos sollozos y descubrió a Felix abrazándose mientras veía el río.

—¿Pipi? —susurró y se acercó a él. Felix se tensó y, con rapidez, se limpió la cara.

—Uhm, hola, Hyunjin... No pensé que vendrías.

—De haber sabido que lo haría te habría invitado —murmuró. Se colocó al lado de Felix, quien se removió—. ¿Qué es lo que pasa, Felix?

—¿Qué quieres decir?

—Has estado extraño conmigo. ¿Hice algo mal? Cada vez que nos acercamos... de repente todo se pone raro y estamos más alejados que desde el principio. ¿Qué pasa?

—No pasa nada, Jinnie... ¿Qué estaría mal?

—¿Cómo podrías no haberte dado cuenta, si eres tú quien está actuando raro? Un día dices no querer tenerme lejos y al otro te alejas. Me estás confundiendo mucho. En serio trato de entenderte, pero tú solo... ¡huyes! Creí que ya habíamos superado esto. Dime qué pasa.

Felix tragó en seco y apretó los labios.

—Tengo miedo —confesó en un hilo de voz. Hyunjin arqueó una ceja.

—¿Miedo a qué?

Entonces, Felix comenzó a llorar. Hyunjin tomó sus propios cabellos y soltó un gruñido. Estaba desesperado por entender, pero también quería huir.

¿Cómo actuar si desconocía la situación?

—Lo siento tanto, Hyunjin.

Entonces, Felix se dejó caer al suelo y Hyunjin, por instinto, lo tomó antes de que tocara la tierra. Los sentó a ambos e hizo que Felix imitara las largas respiraciones que también eran de ayuda para él. Dejó que pasaran segundos, minutos y quizás más tiempo del que en realidad sintió.

No quería irse e ignorar lo que pasaba, por lo que, con paciencia, decidió quedarse. Esperó a que el llanto de Felix se detuviera y, cuando pasó, hizo que el otro chico lo mirara a los ojos. Ahí encontró tanto terror, que se contuvo de rogar por una repuesta.

—¿Qué es lo que tanto te aterra, Felix? —pidió saber. Con cuidado, tomó las mejillas del chico rubio y las acarició con todo el amor que su desesperación le permitió transmitir.

Felix se mordió el labio y, cuando Hyunjin pensó que evadiría el tema de nuevo, habló.

—Las personas —confesó en un susurro bajito—. Ellas son tan crueles. ¿Qué pasa si nos hacen algo, Jinnie? Me da mucho miedo que te lastimen por… por esto. —Las manos de Felix se posaron sobre las suyas con cuidado, como si temiera que, con un brusco movimiento, Hyunjin fuese a terminar el contacto—. No me importa si me hacen algo a mí, eres tú por quien tengo tanto miedo, porque no sé qué sería de mí si algo te pasa porque yo no pude hacer nada para evitarlo...

Hyunjin tragó duro.

—Felix, escúchame bien. La gente es una mierda por su cuenta, ¿entiendes? Tú jamás tendrás la culpa de lo que ellos hayan decidido guardar en sus corazones, ni mucho menos de las decisiones que eso las lleve a tomar. Escucha muy bien esto, Felix: yo seré capaz de protegerte de cualquier persona que quiera lastimarte, ¿entiendes? Haré lo posible por protegernos de ellas, pero necesito que estés listo para correr, porque yo también suelo tener miedo.

» Sé valiente a mi lado, por favor.

Entonces, Felix se aferró a la camisa de Hyunjin con fuerza, lo que hizo que su corazón se acelerara y latiera con tanta fuerza que, por un segundo, pensó que el órgano se abriría paso a través de sus costillas y escaparía. No le pudo importar lo suficiente cuando notó los ojos de Felix llenos de lágrimas que caían con tanta abundancia sobre sus mejillas; entonces, él no pudo soportarlo más y también comenzó a llorar, en silencio.

—¿Me puedes prometer que vamos a correr juntos y que nada va a impedirlo? —rogó más que preguntó. Hyunjin asintió.

—Puedo prometerte que ninguno se quedará. Seremos los dos en el mismo camino hacia nuestra destino y, si te pierdes, volveré y te buscaré, como los girasoles al sol, ¿recuerdas? Porque te necesito.

Felix asintió y escondió su cabeza en el hombro de Hyunjin. Hyunjin sintió la respiración desigual de Felix contra su cuello, por lo que le acarició la espalda mientras el rubio abrazaba su cintura.

Hyunjin sorbió por la nariz y suspiró, no sabía si realmente existía algún alivio en esa salida de aire, pero se consoló con la idea de que, en ese momento, eran solo Felix y él dispuestos a mejorar para ambos.

Para Hyunjin, eso fue suficiente.

when I c u | Hyunlix [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora