03: Recuerdos peligrosos

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Tarareo mientras pienso en los momentos que viví contigo. Todavía recuerdo el día en el que te conocí: recuerdo que éramos casi de la misma estatura. Teníamos la misma edad y nos hicimos muy amigos. Supe que quería llegar hasta el final contigo.

Viernes, 23 de Junio.

Hyunjin no sabía qué tan correcto sería lucir feliz frente al chico ojeroso y cansado frente a él, pero supuso que estar agradecido y demostrar su conformidad con el ramo de rosas rosas que sostenía frente a él era lo más educado que podía hacer.

—Oh, gracias, Isak —balbuceó. Tomó el ramo con cuidado y olisqueó las rosas sin tratar de ser disimulado—. Son muy bonitas.

Hyunjin pensó que pudo haber dicho algo más, pero Isak no parecía tener ganas ni siquiera de estar ahí parado.

—No hay por qué. Hicimos un trato, ¿no? —Hyunjin asintió y bajó la mirada. No tenía idea de qué se supone que iba a hacer con ese ramo todo el día hasta la salida en la tarde—. Gracias por no molestarte por... ya sabes, tomar permanente el turno hasta el nuevo remplazo. Sé que no debió haber pasado así, pero necesitaba tanto la semana libre. Supongo que ya lo sabes, pero mi abuela murió estos días y... —suspiró—. Está siendo algo difícil —Hyunjin quiso responder, pero la mirada de Isak le hizo saber que no sería suficiente nada de lo que dijera. Emitió un débil ruido y palmeó su hombro.

—Lo siento por eso —murmuró.

—Está bien, pasará —sonrió—. Quería decirte que es probable que el próximo fin de semana esté libre. Te llevarte al almacén, si no tienes nada qué hacer.

Hyunjin se tragó la pena que lo golpeó.

—Por supuesto.

—Te avisaré el día entonces. Ahora debo irme: mi primo me está esperando con las demás flores.

Hyunjin frunció el ceño en confusión. No había conocido a otro Lee que no fuese Isak, por lo que quiso preguntar por ese primo, pero se contuvo: no era momento.

—Nos vemos, cuídate.

Isak asintió y no tardó en darse la vuelta para salir del local.

Hyunjin notó miradas extrañas por parte de la gente que los había estado viendo, y bufó. Rodó los ojos con fastidio y decidió entrar a la sala de empleados para dejar las rosas hasta su hora de salida.

Miró el calendario y luego las flores.

Sacó su teléfono.

-Innie, ¿puedes salir esta tarde?

Recibió una respuesta rápida, como si el chico hubiese estado esperando por ese mensaje.

-Hey, dijiste que llamarías.

-Lo siento, pero estoy en mi turno.

-Quería pedirte vernos en el muelle.

-Oh.

-¿Puedes ir?

-Por supuesto. ¿Qué pasó?

when I c u | Hyunlix [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora