# 41 ... A la comprensión

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Cap. 41

Juliana

No entiendo la reacción de mi esposa, tener que estar aguantando berrinches a cada instante es diferente a la desconfianza que siente mi esposa por cada encuentro que tenga con Viviana, ella no se puede poner así.

- Explícame ¿Vas a irte con esa mujer?

- No voy a seguir en esta discusión contigo, no entiendo tu desconfianza, yo te amo Val y si tengo que viajar está noche a Los Ángeles es por asuntos de trabajo, y presisamente por tu actitud es que no te había dicho nada. Camine unos pasos - Y mejor me voy, porque no me voy a seguir aguantando tus estupidos celos.

Me fui de la casa a trabajar y en la tarde me encargaría de arreglar mi maleta, pero estoy muy molesta con Val, ella va a tener que creer en mi, no sabe lo que estoy jugando en este viaje.

Pase el día muy molesta y mis amigos se dieron cuenta, así que me hicieron ellos una reunión.

- ¿Se puede saber que te pasa?

- Valentina está molesta porque debo viajar a los Ángeles.

- Yo estaría muy celosa, porque esa mujer quiere contigo, pero estaría molesta con ella, no contigo. Decía Mariana

- Pero, ¿Por qué se pone así? Esas cosas son tontería, porque tú estás enamorada de ella, te casaste con ella y no tienes ojos para otra, es cierto que la Viviana está como quiere, pero ya tu la elegiste por encima de todo. Decía Lucho

- Tú también deja de estar mirando a esa vieja, si no quieres que te de tres golpes en la cabeza para que se reseteen los pensamientos. Le dijo Mariana

- Yo no quiero que Valentina me este celando cuando yo nada más tengo ojos para ella, además Viviana es parte de mi trabajo, y eso es algo que tampoco entiendo ¿Por qué tengo que ir a los Ángeles? Cuando se supone que allá está León.

- Pues la mujer esa busca llevarte a los Ángeles porque le gustó tu trabajo y al parecer tu. Decía Mariana

- Ya con una esposa celosa es más que suficiente, una amiga celosa es como mucho. Le respondí

- Bueno si ella quiere contigo debes tener cuidado, si Valentina se enojo mucho cuando eran novias ahora de esposas más. Dijo Mariana

- Yo opino, que le hagas la ley del hielo y que ella aprenda a valorarte como su esposa. Esta vez era Lucho.

- Ustedes los hombres son básicos. No hagas eso Juliana, eso no aplica con las mujeres, yo te digo que te cuides de esa Viviana.

***

Llegue a casa y Valentina no había llegado del trabajo, hice mi maleta y cuando me iba a ir, mi esposa llegó.

- ¿Ya te vas?

- Si. Respondí sin mucha emoción

- ¿Te puedo llevar?

- No te preocupes ya el Uber viene llegando.

- Ok. Ella se acercó a mi y me abrazo y me susurró - Cuídate mucho por favor.

- Tú también. Le susurré y salí de la casa.

***

Los días en los Ángeles fueron agotadores, en especial los tres primeros días. Esta vez fui un poco orgullosa no quería llamar a mi esposa y saber de ella, ella me escribía para saber de mí y le respondía seco, mi esposa por primera vez debe dejar de ser una mujer celosa. Yo por ella me desvivo y ella no puede actuar de esa manera.

Mi mejor amigaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora