# 22 No todos somos iguales

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Cap. 22

Valentina

Es el tercer día donde tengo las llamadas de Lucía, no quiero responder, temo porque quería amenazarme, y luego termine por hacer lo que ella me esté pidiendo.

- Buenos días hija. Me preguntó mi papá quién está entrando en la cocina

- Buenos día papá ¿Cómo estás? ¿Quieres maté?

- Si un poco está bien ¿Y tú abuela?

- Está con Santi en el jardín, sembrando una nueva planta.

- Ok, hija quiero saber algo ¿Cómo te sientes tú?

- Bien papá, un poco nerviosa con las cosas que esa mujer puede llegar a hacer, por lo pronto debo buscar un nuevo empleo porque no puedo volver con el padre de Sebastián.

- Hija tú sabes que cuentas conmigo, somos tu familia y no quiero que nos excluyas de estos asuntos. Te amo hija.

- Gracias papito. Te amo, perdón por hacerles esto.

- No, no, hija esto no es tu culpa, jamás vuelvas a decir algo así, si hay que echarle la culpa a alguien entonces me la echas a mí, o a tu mamá, o a nuestros padres...

- ¿De qué hablas papá?

- Mi culpa por decirte que salieras detrás de lo que te hacía feliz, a tu mamá por mantenerte sumida en un error aún después de muerta a tus abuelos por criarnos de manera retrógrada, al lechero por no darnos una leche de calidad, no sé podríamos culpar a cualquiera... Eso me hizo reír un poco.

- Ya entendí papá.

- Eres mi hija y por ti haré lo que sea necesario. Sólo es cuestión de que esa gente se le pase el malestar y la vergüenza, nadie los envío a traer reporteros a la boda.

- Bueno papá espero que se les pase porque esa mujer quería hacerle daño a Juls y no quiero que le haga daño a ella.

- Bueno ya ten calma. Me abrazo mi papá y me dio un beso en la corona de mi cabeza - ¿Cómo van las cosas con ella?

- Bien, hablamos todos los días. Papá con ella quiero una vida.

- Pues te oyes muy feliz.

- Porque lo estoy, Juls me hace muy feliz. Papá no me arrepiento de tenerla en mi vida de esta manera.

- Y yo me siento muy feliz por eso. Y ahora ayudame a preparar un rico desayuno, debes aprender, porque después que seas la esposa de Julina deberás aprender a cocinar tan bien como los padres.

- Juls sabe que no soy tan buena en eso...

Mi padre y yo teníamos muchos temas de conversación, y pues eso me ayudó a pensar menos en mi siguiente paso, buscar empleo en Boston.

Los días comenzaron a pasar y era un hecho que no sería nada sencillo tener un puesto en Boston en mi área, por el aprecio que le tenían estos lugares al Señor Zurita.

Ya Eva se fue a New York a su vida, mi papá está en la tienda y Santi volvió a su departamento y su empleo. Necesito saber que voy a hacer con mi vida, es horrible no poder trabajar en lo que te gusta. Pase por uno de los restaurantes de los padres de Juls.

- ¡Valentina! Alguien me llamaba así que volteo y era Lupe

- ¡Lupe!

- ¡Valentina! ¿Qué haces caminando por estos lados?

Mi mejor amigaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora