Capítulo 12

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- Estuvimos hablando toda la noche, dormimos abrazadas bajo las estrellas – respiro hondo mientras se secaba las lágrimas – nos besamos está mañana – eso sorprendió al hombre – y luego, me dijo que no me fuera sin despedirme, cuando lo hice ella estaba actuando extraño, ni siquiera dejó que me acerque

- Hey, está bien – la miró limpiando sus lágrimas - ¿te gusta Yelena?

- Sí – cubrió su rostro con sus manos – sentía algo por ella desde que volví, pero no entendía bien de que se trataba, si era porque es hermana de mi mejor amiga, o simplemente porque es familia – sus lágrimas salían sin control – cuando la hirieron sentí que mi corazón se detuvo, tuve miedo de perderla y fue ahí que me di cuenta que estoy enamorada de ella, nuestras charlas nocturnas, salir a tomar algo al bar solas cuando Natasha no puede, prepararle el desayuno – negó mirando el cielo antes de darle otro trago a la botella – y estoy jodidamente asustada, Tony

- Ven aquí – la rodeo con sus brazos en un abrazo fuerte – es hermoso que estés sintiendo todo eso de nuevo, el amor no tiene por qué ser algo malo – sonrió mirándola – y sé que puede asustar, yo estaba muy asustado cuando descubrí que amaba a Pepper, ahora míranos estamos casados y tenemos al pequeño terremoto

- Siento que jamás había amado así a alguien – negó mirándolo – ni siquiera a Wanda, o a la agente de SHIELD con la que tuve algo – suspiró – pero el hecho que ella se comportara así conmigo hace rato, me hizo sentir muy mal, porque siento que lo arruine al besarla, no quiero perderla, ni perder a Natasha si se entera que estoy enamorada de su hermana – se dio cuenta – oh dios mío, Natasha va a matarme por esto

- Hey, hey respira conmigo – la miro tomando sus manos – no es momento de que pienses en eso ¿sí? Quizás estaba abrumada por haberse despertado, puedes hablar con ella mañana, cuando las dos estén más tranquilas ¿te parece?

- Sí, tienes razón – asintió mirándolo – gracias Tony

- Cuando quieras pequeña – sonrió mirándola – y me alegra que te hayas dado la oportunidad de enamorarte de nuevo, vale la pena ¿sí?

- Lo sé, a pesar de salir lastimada – suspiró – vale la pena estar enamorada de Yelena, ella es simplemente increíble

- Está bien, ahora trata de descansar y mañana hablas con tu chica – la chica negó – lo es

- Ahora mismo lo dudo muchísimo – suspiró - ¿te importa si duermo aquí?

- Claro que no, te traje un pequeño catre militar – sonrió – así no duermas sobre el piso

- Gracias por eso – asintió besando su mejilla

El hombre besó su frente antes de levantarse dejándole la botella allí, la chica quedó sola sentada en la pequeña cama militar que había armado, tomando el vodka hasta que la botella estuvo completamente vacía, decidió dormirse pues al día siguiente pensaba entrenar a pesar de que le dijeran que no podía, tenía demasiados pensamientos que soltar. Por su parte, Yelena había terminado de cenar, tomando una botella de vodka, una frazada para caminar hasta donde la noche anterior había dormido con Kai, sentándose allí dejando que las lágrimas cayeran sin control, dedicándose a tomar la botella hasta dejarla vacía, se sentía pésimo por haber tratado a la chica de esa forma, pero le había asustado demasiado el hecho de darse cuenta de que estaba enamorada, su hermana las mataría, ella no quería que saliera con nadie del equipo mucho menos querría si se trataba de su mejor amiga.

Sumergida en sus pensamientos tomó la decisión de tomar cierta distancia con la chica, no podía permitir que las cosas se arruinaran y terminara yéndose de nuevo de allí, pues jamás se lo perdonaría, se había acostumbrado a verla allí sonriéndole y coqueteándole cuando estaban solas, negó mientras lloraba para luego quedarse dormida. Al día siguiente, Kai se había despertado a las 4AM incapaz de volver a dormirse, dejó todo acomodado, se puso algo de ropa de entrenamiento, guardo otra muda de ropa en su mochila, besó la frente de Morgan, antes de salir corriendo está vez por el camino más largo, el cual salía directamente a la cabaña que estaba construyéndole Tony, dándose cuenta de que Yelena estaba allí dormida en el suelo abrigada con una frazada y con una botella de vodka vacía a su lado, sin dudas ambas habían tenido la misma noche.

Eres tú - Yelena BelovaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora