Extra 3 - Leah y sus sentimientos

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malyshka - pequeña en ruso

Desde pequeña se había criado con las historias de sus madres, sus abuelos, sus tíos luchando en los vengadores, cientos de misiones y batallas, algunas más memorables que otras. También creció escuchando la historia de amor de sus madres, sin dudas siempre había deseado poder tener una historia así para ella, pero con los últimos acontecimientos en su vida pensaba en que quizás no estaba hecha para el amor.

Con sus 17 años recientemente cumplidos había comenzado sus entrenamientos para formar parte de los jóvenes vengadores, liderados desde hace tiempo por su tía Kate, la mayoría de sus primos estaban en la misma situación que ella, a excepción de Morgan que ya era parte del equipo y su mayor confidente. No había sido difícil para ella presentarles a sus madres a su novio, pues desde pequeña siempre le habían dado la confianza y seguridad de poder manifestar sus emociones y sentimientos en la medida de que los sintiera.

En su momento pensó que quizás a sus madres les molestaría que saliera con un chico, pero por supuesto se equivocó pues lo único que les importaba era que fuera feliz y nadie se atreviera a jugar con el corazón de sus pequeñas. Había sido una relación de unos pocos meses que se había acabado recientemente al descubrir que el chico la engaño con otra chica, no solo eso, sino que se había acercado a ella con la intención de conocer a los vengadores, no podía creerlo y sentía que su corazón se rompía un poco más al ver las señales claras que siempre estuvieron allí, las cuales fueron ignoradas por pensar que estaba enamorada de él.

Había tenido una semana difícil entre exámenes de la escuela, entrenamientos con su madrina, Natasha, y las salidas familiares junto a sus hermanos, abuelos y madres. Tanto Yelena como Kai notaron que algo estaba pasando con su hija mayor, sin embargo, no querían presionarla para hablar, siempre habían esperado a que estuviera lista respetando sus tiempos.

Kai había llevado a sus hijos menores a sus respectivas actividades de ese día, antes de dirigirse a un almuerzo con sus padres y su hermano, Luke, mientras que Lena se había quedado en el complejo ayudando a su hermana con el entrenamiento de los jóvenes vengadores, por lo que no le sorprendió ver a Leah allí, pero si el hecho de que había terminado más veces en el suelo que de pie.

- Sestra, ¿puedes encargarte del entrenamiento mientras llevo a Leah a caminar? - miró a su hermana algo preocupada

- Claro, sestra - asintió mirando a su ahijada - ve con la pequeña, mientras entreno a los demás

Yelena asintió antes de acercarse a su hija mayor extendiendo su mano para ayudarla a ponerse de pie, no hicieron falta palabras entre ambas por lo que salieron de la sala de entrenamientos para dirigirse al predio del complejo para caminar como solían hacerlo siempre que algún miembro de la familia Rogers - Belova se encontraba estresado o necesitaba hablar, tenían muchas caminatas en familia. Leah admiraba eso de sus madres, no importaba lo curiosas que fueran jamás los habían presionado para que hablaran antes de sentirse listos, recordó una vez que Ian estaba triste porque un compañero se había burlado de su cabello largo, no había querido hablar e incluso pidió cortárselo hasta que Kai lo miró con una sonrisa comprensiva tendiéndole su mano para caminar.

Toda la familia había comenzado a caminar hasta que llegaron al lago y fue allí donde hablando de cualquier cosa, Ian les había contado de las burlas que recibía de sus compañeros por esto, Leah aun recordaba como el rostro de sus madres se había endurecido y estaba segura de que si el niño fuera un adulto lo hubieran lanzado varios metros lejos de la golpiza que le hubieran propinado por lastimar a uno de sus pequeños. Finalmente, sus madres le habían dicho que nadie podía opinar de su cuerpo o su aspecto físico a menos que fuera para alagarlo, incluso en esa situación él decidiría si lo aceptaba o no, podían acompañarlo a cortarse el cabello siempre y cuando fuera algo que deseara y no porque a alguien más no le gustaba.

Eres tú - Yelena BelovaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora