El dracma que lanzó Nico saltó hacia Hazel. Al no funcionar la llamada Iris, se preguntó si no la había atraído sin querer hacia sí. Pero no, eso no le pasaba desde hace mucho tiempo, dominaba sus poderes como nunca antes. De todas maneras, a pesar de la mala suerte, fue un ligero alivio cuando Piper lo intentó de vuelta y pudo cerciorarse esta vez que no fue su culpa.– Bueno, lo añado a la lista – dijo Annabeth y lo anotó en la pizarra.
– ¿Huelen eso? Es un rico aroma – dijo Jason con una sonrisa.
– ¡De qué hablas! Todo esto apesta – dijo Leo encajando las láminas de vidrio
– Sí, tienes razón, solo que... nada – respondió Jason.
Nico estaba preparado para hablar cuando, de pronto, Frank salta a cubierta, se sacude las plumas de águila y, luego, el cabello.
– Wow, definitivamente me siento más cómodo abajo – dijo Frank, corriendo hacia la mesa, tambaleándose.
– ¡¿Ya pasaron los 40 minutos?! – exclamó asustado Leo, mirando su muy incompleta pecera.
– Creemos que está relacionado con Zeus y Poseidón – dijo Annabeth dirigiéndose a Frank.
– Llegamos a la misma conclusión con Percy – interrumpió Frank – por eso vengo antes. Percy está preocupado, quiere que preguntemos por su hermano, Tyson. Puede estar en problemas.
Fue como si a todos de repente les cayera un yunque en la cabeza. Tenía sentido, Percy no es el único hijo de Poseidón, ¿por qué lo afectaría solo a él? si a Frank que era un primo super lejano ya le afectaba... ¿cómo estarían los cíclopes? ¿los pegasos? ¿cómo estaría Arión? Hazel se inclinó sobre su vientre, sentía náuseas de imaginarse a Arión retorcerse en el suelo sin aire como Percy.
– No podemos comunicarnos por mensaje Iris – comentó Annabeth.
– Puedo viajar por las sombras – sugirió Nico.
– No – irrumpió Hazel – más de uno tiene problemas con sus dones, viajar por las sombras es muy peligroso.
– Pero no tenemos como comunic– insistió Nico, pero intervino Jason.
– Estoy de acuerdo con Hazel, es demasiado arriesgado.
Frank se acercó a Jason, sorprendido, pareció sospechar que está ciego. Hazel quería estar a lado de Frank para disipar cualquier duda que tenga, pero Frank estaba más cerca de Jason que de Hazel, entonces agitó sus manos frente a los ojos de Jason. A esto, Jason rápidamente levantó la mano sana y atrapó las de Frank en el acto.
– No tan rápido, no veo, pero tengo reflejos – advirtió Jason – y mis sentidos se están agudizando muy rápido, estimado pretor.
– Todavía no me acostumbro a que me llames así – contestó Frank sonriendo.
En parte era verdad, pero en parte no, el "Pretor Frank", le sentaba muy bien su rango. En el campamento Júpiter era una autoridad muy respetada, trabajaban muy bien con Reyna, y a ella se la veía aliviada de tener alguien en quien confiar. Y además, había demostrado muchas veces su capacidad de luchar y dirigir ejércitos. Quién diría que ese chico tímido tendría madera de líder. Bueno, mala elección de palabras, tenía aún el palo de su vida a medio quemar, pero eso no parecía un impedimento para que emprendiera las misiones más riesgosas, incluso en locaciones no tan favorecedoras como un volcán. Lo que más le gustaba de Frank, es que podía hacer todo eso sin perder su esencia, habría odiado que se le pegara la actitud de su padre Marte, pero estaba muy lejos de eso, era el chico dulce, cariñoso, a veces incluso tímido, si no se trataba de la batalla, claro. Tan comprometido estaba Frank con su posición y deber, que este era el primer viaje que realizaban fuera del campamento después de regresar, por eso era tan importante esta travesía para ambos. Reyna se ofreció a quedarse para poner orden y no dejar un consejo acéfalo, ella sentía que Frank merecía estas minivacaciones, y ella ya había disfrutado de sobremanera el juego de la bandera en su viaje al campamento Mestizo.
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Percy Jackson y la Tormenta en el Olimpo (LIBRO COMPLETO)
FanfictionPercy Jackson y los semidioses se enfrentan a una nueva aventura. Un año después de enfrentar a Gaia, en un paseo que pensaban sería de tranquilo, empiezan a pasar cosas raras sin explicación (no hay nada tranquilo al ser un semidiós). Algunos pierd...