Percy

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Volteó buscando a Piper, estaba unos pasos más atrás, sosteniendo con una mano a la altura de su vientre, inmediatamente su camiseta naranjada se empezó a teñir de rojo y cayó sobre sus rodillas. Uno de los perdigones la había alcanzado y estaba en shock, corrieron hacia ella y la sostuvieron Frank de un lado y Leo del lado apuesto para evitar que caiga al suelo. Frank se convirtió en oso y entre sus grandes brazos ayudó a transportarla a un sitio más seguro. Cuando la bajó al suelo estaba hiperventilando, Nico quitó ambrosia de su mochila, pero no había efecto.

- "Vas a- vas a estar bien" – dijo Piper en vos alta.

Piper estaba tratando de utilizar su embruja-habla con ella misma, pero no se la oía convincente. Leo levantó la camisa y dejó ver la terrible hemorragia, como una fuente de sangre, pero eso no era lo peor, de la entrada de bala surgía un hilo de humo negro.

- ¡Es oro imperial! – indica Frank – ¡tenemos que quitar el perdigón cuanto antes! ¡La está intoxicando!

- Y estabilizarla – dice Nico

Piper parecía no estar al tanto de su entorno, no respondía cuando se le hablaba y se repetía una y otra vez que iba a estar bien, pero a juzgar por su rápida respiración, no estaba funcionando. Decido tomarla del rostro, estaba más frío que de lo que debía estar una persona, sin duda alguna, entonces la agito levemente y a darle pequeños golpecitos en la cara para llamar su atención.

- Hey Pipes – la llama Percy, indica a los demás que continúen con lo que sea que está planeando- ¡Pipes!

Piper lo mira con sus ojos llorosos.

- No es cierto, no estás bien – dice Percy,

Mira a Leo, parece que quisiera pegarlo, gira hacia Nico y Frank, parece que ellos también comparten el sentimiento.

- Estás atrapada con 4 hombres super antipáticos- continúa Percy-, el peor es Leo, que se cree del gracioso.

- ¡Hey! – dice Leo buscando en su cinturón de herramientas.

- Pero si lo que te preocupa esta picadura de mosquito en el vientre, no lo hagas.

Percy estaba seguro de lo que decía, pero quería distraer a Piper, que salga del shock, se olvide de su dolor y gane la confianza necesaria para su embruja-habla, era lo único que tenían, porque la ambrosía ni el néctar funcionaban. Trataba de pensar a la vez como ayudar, en estas cosas, es Annabeth quien lidera la situación, la extrañaba mucho, ninguno de ellos era médico, lo más cercano que tenía era Nico que era novio de un hijo de Apolo. Percy intentó de dejar de pensar en qué no podían hacer y empezar a pensar en algo que podían hacer, puso su mano sobre el vientre de Piper. La herida sangrante inmediatamente dejó de sangrar.

- ¿Qué hiciste? – pregunta Leo.

- La sangre tiene agua – respondió – le ordené que no salga de la circulación sanguínea

- No sabía que podías hacer eso – dice Piper, débil, con una leve sonrisa.

- Yo tampoco – Respondió Percy

Estaba más aliviado, detuvo la hemorragia, Piper al menos ya respondía.

- Quiero un chicle – dijo susurrando

Nico se tocó los bolsillos, en el camino comentó que había dado el empaque entero a Jason, ni siquiera se quedó con uno, no esperaba que se separarían o que siquiera iban a necesitarlo. Sentía que Nico no quería darle la mala noticia.

- Tu cornucopia – responde Nico – ¿también da dulces no?

- Si, pero... esos chicles...

Percy Jackson y la Tormenta en el Olimpo (LIBRO COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora