Leo

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No tardaron mucho en llegar, en unas pocas horas, ya estaban en el mitológico triángulo de las bermudas. Durante el camino, Percy se molestó en contar detalladamente su aventura en el mar de los monstruos, no parecía que serían vacaciones al caribe o algo por el estilo, y eso empeorado por mil ya que es un nuevo lugar para todos y esta se llama "la ciudad perdida" y está bajo "el mar de los monstruos" eso no puede ser buen augurio, a eso le añadimos que Percy no puede respirar en el aire y a Frank le molesta, Nico fluctúa con sus poderes, Piper parece estar distraída y Leo no tiene la bendición de su padre, eso sin contar que tres amigos están desaparecidos y uno de ellos mal herido y ciego, el Argo destruido, su primera fiesta sorpresa de cumpleaños arruinada, todas las criaturas mitológicas en peligro, el campamento amenazado por el mismo campamento, y no sabían que causaba todo eso, se prometió nunca más decir que el viaje estaba tranquilo, recordó que hace un año también todo comenzó por culpa de él, al lanzar flechas a los romanos, en ese entonces estaba poseído, pero ahora no lo estaba. Leo se sentía vulnerable e inútil, todo lo que había logrado hasta ahora era gracias a la habilidad heredada de Hefesto y ahora no tenía eso, ¿podría ser algún tipo de castigo? Lo llamaba sin que se den cuenta los demás, para preguntarle eso y todo lo demás, pero Hefesto no le respondía, tampoco eso era novedad.

Se abrieron paso a la ciudad, tenía más ruinas parecidas a la antigua Grecia, pero completamente sumergida y cubierta por algas, además, en medio de las ruinas una gran pirámide, como las de Egipto, haciendo el honor al nombre "Triángulo de las Bermudas"

-          Supongo que debemos entrar a esa peligrosa y oscura pirámide – pregunta Leo.

-          Supongo que si – responde Percy

-          Supongo que podría estar llena de momias, trampas y cosas que nos quieran matar – pregunta Frank

-          Supongo que sí – responde Nico

-          Supongo – dice Piper, todos la miran, ella no dice nada más – ya lo dijeron todo ustedes, supongo que solo me faltaba a mi decir supongo, ¡vamos!

Se despiden de los hipocampos, Percy les agradece por los servicios, y les dice que los vamos a necesitar más tarde. A Percy se lo nota mucho más tranquilo, abandonó la pecera para alojarse completamente a su estado de máximo confort, en el reino de su padre y enfrentándose a monstruos, además de enterarse gracias a Rainbow de que Tyson está bien en Atlantis, pero le comentaron que solo eso sabe, al parecer Tyson está preparando el ejército de su padre, eso no puede ser bueno ¿Se aproxima una guerra? ¡Esos hipocampos sí que eran chismosos!

Van nadando hasta la entrada de la pirámide, un paso adentro y uno se sumerge en la completa oscuridad.

-          Si tenía mi katoptris la utilizaría como linterna- se lamenta Piper

-          ¡¿Como prendo mi fuego sin que este consuma el oxígeno de mi burbuja?! – pregunta Leo.

Percy toma una de las viejas antorchas por una de las paredes.

-          ¡Seco! – grita Percy, y Leo logra encender el fuego en la antorcha.

-          Gracias Percy.

-          Aún me debes por lo de la pecera.

Leo va primero con la antorcha, lo sigue Piper con su ballesta, Percy con Anaclusmus y Nico con su espada. Frank dice:

-          ¡Chicos! ¡Miren esto! Lo vi en un libro de biología

Frank se agita y se transforma en un pez primitivo, muy feo, de dientes grandes, pero con una pequeña bolita que da luz colgando de su cabeza.

Percy Jackson y la Tormenta en el Olimpo (LIBRO COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora