Nico

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Nico estaba contento, en su cabaña, mira el techo oscuro, desde que dejaron Italia y luego que lo dejó Bianca, no se sentía ningún lugar como su hogar, era un nómada que quería solamente explorar. No se daba cuenta, pero era por eso, no tenía un hogar. Al llegar, después de esa aventura, no sintió lo mismo. Tenía amigos que lo perdonaban como Leo, amigos que se sacrificarían por él como Piper, amigos que lo defenderían en lo que creyera y sintiera como Jason y por sobre todo Will, tenía una hermana de sangre y hermanos de corazón como Percy, Frank y Reyna. Estaban atrás los tiempos en los que se sentía solo, eso había comprendido. Pero no salía de su cabeza ¿Qué pasaría si ellos fueran al tártaro? Estuvo tan cerquita de perderlo todo. El techo oscuro empezó a titilar de color rojo, por supuesto, lo alarmó, volteó hacia el collar que le regaló su padre, colgaba desde la cabecera de su cama y es lo que emitía el resplandor. No lo tenía puesto ¿cómo podría brillar? Sintió que algo se movía del otro lado y volteó rápidamente, estuvo a punto de tomar su espada cuando agradeció no hacerlo. Era Hades.

- ¡Padre! – dice Nico.

- No puedo quedarme mucho tiempo – dice Hades – quería verificar que esté todo bien, si recibiste mi regalo y...

- Padre, gracias. -dice tímidamente Nico, no está acostumbrado a ventilar sentimientos, pero si aprendió algo más en este viaje, es que debe hacerlo porque en cualquier momento, puede ser muy tarde. – Gracias por todo, y perdón por desobedecerte, me dirigí al tártaro de vuelta, pero no era por tonto, no podía abandonar a mis amigos y...

- No ibas a volver allí. – dice Hades.

- ¡¿Cómo?!

- No lo iba a permitir – insiste Hades- Afrodita es una chica muy linda, y muy amable y muy lind... bueno, bueno. Lo que si es que me habló de la situación. Me comentó sobre el plan de ser neutral y seguí su consejo. Pero, eso se disolvía en el instante en el que irían camino al tártaro. No lo íbamos a permitir, estoy seguro que Poseidón tampoco, Atenea es ruda, estratega y justa, pero no sé hasta que punto se iba a dar cuenta de que la inclinación de su balanza faltaba ajustar.

- Pero padre, eso sería... - dice Nico.

- Si, otra Era – dice Hades – seríauna guerra grande como lo fue contra Cronos, quizás más. Pero hijo, cuando dejesesta tierra, tienes un trono a mi lado, te lo has ganado y ninguna injusticiate quitará ese derecho, solo tú puedes rechazarlo o perderlo. Mientras tanto,continúa con tus obras sobre la tierra, que son transparentes, desinteresadas.Ten en cuenta que los dioses siempre estamos observando, pero más quecontrolando, estamos aprendiendo de ustedes.

La cadena titiló de vuelta, Nico volteó solo unos segundos, suficiente para que Hades desaparezca. 

Nico se recostó de vuelta mirando el techo, pero esta vez con una sonrisa. 

Percy Jackson y la Tormenta en el Olimpo (LIBRO COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora