Percy Jackson y la Tormenta en el Olimpo (LIBRO COMPLETO)

Jason

Jason no entendía que pasaba, sólo sintió que se elevaba entre los vientos hacia el cielo y no era bajo su voluntad, en algún momento se soltó de la proa y estaba como en un tornado que lo llevaba hacia arriba y de un lado para el otro, trató de estabilizarse con su poder, aunque seguía subiendo como si cayera, pero hacia arriba. Escuchó a Hazel gritando de un lado y a Annabeth del otro. No escuchaba la voz de Piper ni de los demás, pero sabía que no debía separarse de las personas que estaban a su alrededor y que ninguna de ellas podía volar. Por eso fue primero por Annabeth a quien se la oía más cerca, luego fue volando por Hazel, a quien se la oía más lejos, pero gritando más fuerte, recordó sus nauseas en el barco, suponía que no mejoraría en el aire y que estaría aterrorizada, al llegar a ella, sintió que estaba sostenida del mástil del barco. Pudo sostenerlas a ambas fuerte, se atajaron del mástil, pero seguían yendo para arriba y girando y enredándose con las velas, parecía que estaban en una lavarropa en modo centrifugado rápido.

-          ¡Hay alguien más a quien rescatar?! – grita Jason.

-          ¡No! – grita Hazel.

-          Los demás cayeron al agua – grita Annabeth -Percy los pondrá a salvo si no quedó inconsciente - atrapa los lentes de sol de Jason, que se escapó de él y se los devuelve.

-          Gracias – dice Jason.

-          ¿Por qué seguimos subiendo? ¿Es Eolo? – Grita Annabeth.

-          ¡Bajanos! – Grita Hazel

-          No puedo – insiste Jason – No es Eolo, además de los vientos, la fuerza de la gravedad es la que actúa, como invertida, estamos cayendo en el cielo, aunque eso no tenga sentido.

-          ¡Dioses! ¡Ahhhh! - Gritan los tres.

Segundos o minutos después, difícil saber, sintió como masas de aire más pesadas pero suaves – nubes- asumió Jason, hasta que el barco aterrizó suavemente como una hoja cae del árbol, a pesar que dejaron de girar, la cabeza todavía daba vueltas, se recostaron exhaustos tratando de estabilizar el cerebro en su lugar. Jason extendió la mano sana y tocó a su alrededor, se sentía como un piso suave, más o menos como la nieve, pero no era frío, y este al levantarlo, se desvanecía como gas.

-          Es lo que creo que es – preguntó Jason

-          Son nubes – Responde Annabeth

-          No significa que morimos ¿o sí?

-          Morir es mucho más desagradable que esto, créeme Jason – dice Hazel.

-          Tu eres la experta – dice Jason recostándose exhausto de vuelta - ¿entonces donde estamos? ¿además de estar en el cielo?

-          Difícil de decirlo – responde Annabeth, según su voz vacilante, está examinando el lugar.

-          ¿Qué hacemos? – pregunta Hazel – ¿esperamos recuperarnos y bajamos con Jason?

-          No – responde Annabeth – si estoy en lo cierto, estamos cerca del Olimpo, se lo que hay arriba, estudié los planos y diseñé gran parte de él, pero nunca supe que hay debajo de él. Intenté insertar sistema de tuberías, pero solo me dejaron llegar hasta 1 metro por debajo, no más allá.

-          ¡Wow! ¿Diseñaste el Olimpo? – pregunta Jason sorprendido, pero continúa – además, si estamos aquí, es por algo, no creo que el Argo llegue solo aquí, alguien nos trajo y no puede ser casualidad, debemos encontrar nuestra misión. ¿No se ve a los demás?

Jason escuchó como Hazel soplaba fuerte, como dispersando las nubes frente a ella.

-          Es solo la mitad del Argo el que vino con nosotros y... no se ve a nadie, pero... ¡wow! Estamos muy muy muy arriba, veo la curvatura de la tierra, no podríamos ver a nadie, ni siquiera el Argo aunque estuviera intacto.