Jason

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El Argo III volaba muy alto, por lo que era un largo camino hasta el agua. Tardaron unos segundos en escuchar el impacto del cuerpo de Percy en el agua. Jason inmediatamente se sacó los zapatos empujando los talones, arrojó sus lentes al piso, tomó a Annabeth en brazos y se lanzaron por la borda.

–        Voy con ustedes – dijo Frank, y corrió a estribor convirtiéndose en águila.

Los ojos de Annabeth estaban cerrados, más que para protegerse del intenso viento, era para pedir a los dioses que Percy estuviera bien. Jason dudaba entre si era apropiado dar fuerzas a Annabeth en ese momento o no, qué iba a decir: "¿Todo va a estar bien?", él no sabía si eso era cierto, así que decidió mejor concentrarse en bajar lo más pronto posible.

Los pies de Jason tocaron el agua, al instante Jason se elevó de vuelta soltando un alarido.

–        ¡Ahh!

–        ¡¿Qué pasa?! – preguntó Annabeth, asustada.

–        No podemos bajar, el agua está hirviendo, me quemó el pie – dijo Jason visiblemente adolorido.

–        Suéltame ordenó Annabeth.

–        Te vas a quemar.

–        ¡Suéltame! – gritó furiosa.

Jason la soltó, Annabeth cayó al agua y se sumergió. Frank venía detrás, Jason iba a detenerlo, pero él se sumergió en picada, demasiado rápido para atajarlo.

Percy caía al fondo, suavemente, con los ojos cerrados, ligero como una hoja al desprenderse de un árbol. Frank instintivamente se convirtió en ballena y se colocó debajo de Percy, para subirlo hacia Annabeth cerca de la superficie. Con los ojos visiblemente rojos por el llanto y, probablemente, lo salado del mar, Annabeth buscó el pulso de Percy, no lo percibía y empezó a hacer RCP. No funcionaba.

Jason quedó flotando cerca de la superficie, miró hacia arriba y vio las cabecitas de los amigos a estribor, preocupados todos, menos Nico y Hazel que debían de estar entretenidos con el fantasma Percy. No sabía qué hacer, ¿se debería sumergir también? Parecía que sea lo que sea que pasaba, solo lo afectaba a él. Su pie le seguía ardiendo como si hubiera sido sumergido en lava, ¿y si Annabeth y Frank que quedaron paralizados de dolor?, ¿si necesitaban también su ayuda? Si moría él, ¿cómo los demás se salvarían del mismo destino? ¿Debería volar a comentar lo que sucedía para armar un plan? Se odiaba por su indecisión, era una lección no aprendida, de pronto, Annabeth quitó la cabeza del agua.

–        ¡Jason! ¡Desfibrilador! – Annabeth tomó aire y se sumergió otra vez.

Era lo que Jason necesitaba saber, no importaba si él resultaba herido, debía salvar a su hermano Percy. Se sumergió, inmediatamente sintió como si fuera una papa arrojada a una olla hirviendo, incluso sentía que la piel se le podría despegar igual de fácil y si abría sus ojos, sentía que se freirían como patatas fritas. No pudo envolverse de vientos para protegerse. Si no respondían esos poderes allí, ¿podría invocar el rayo para salvar a Percy? Sintió que Annabeth lo tomó de la muñeca y lo guio, quizá, intuyendo lo que le pasaba. Cuando se detuvieron, sabía que tenía que abrir los ojos para saber dónde desfibrilar, juntó dos dedos como haciendo una pistola con las manos, abrió los ojos y vio a Percy, con los labios azules y pálido como un... no quería decirlo. Rápidamente, apoyó sus dedos sobre el corazón de Percy, sintió el calor del rayo, primeramente, estuvo aliviado de ello, aunque, enseguida, el calor era mucho más potente que de costumbre, sentía como que su mano se quemaba desde adentro, quería gritar, pero si lo hacía, el agua ardiente entraría hasta su garganta, se limitó a aguantar el dolor cerrando fuerte sus ojos. Una vez hecha la descarga, subió rápidamente y salió del agua, no obstante, parecía que salió de ácido. La culpa inmediatamente lo abrumó, no sabía si logró salvar a Percy, pero, si estaba un segundo más ahí, su fantasma acompañaría al de Percy en el barco.

Percy Jackson y la Tormenta en el Olimpo (LIBRO COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora