Jeongyeon frunció el ceño cuando sintió que el calor de la cama había disminuido.
Abrió los ojos y se dio la vuelta para descubrir que Sana se había levantado de la cama. Durante un par de segundos, no pensó mucho en eso, volvió a su posición y se volvió a dormir, pero después de un par de minutos que le parecieron una eternidad, comenzó a preguntarse dónde se había ido Sana.
Un sentimiento familiar se apoderó de su pecho antes de que pudiera detenerlo.
Ese sentimiento que tuvo cuando Tzuyu regresó a los Estados Unidos y rompió con ella poco después de eso.
Quería creer que Sana no era como Tzuyu, pero una parte de ella no podía dejar de pensar que Sana la dejaría antes de su segunda cita y solo ese pensamiento la tenía preocupada.
Pero entonces, escuchó un ruido bajo proveniente de la sala de estar, el sonido familiar que hacía la computadora portátil de Sana cuando se apagaba.
En cuestión de segundos, Sana regresó a la habitación, cerrando la puerta detrás de ella lentamente para no despertar a Jeongyeon. Silenciosamente se dirigió a la cama, acostándose junto a Jeongyeon y envolviendo su brazo alrededor de su cintura nuevamente, dejando un zumbido de satisfacción por lo cómodo que era ser la cuchara grande de Jeongyeon.
"Pensé que te habías ido." Jeongyeon murmuró, sorprendiendo a Sana que pensó que estaba dormida. Ella entendió mal el significado de lo que dijo y respondió lo que era más natural para ella.
"Me fui, pero ahora estoy de vuelta".
Jeongyeon se dio la vuelta para poder mirar a Sana, aunque estaba oscuro y las únicas luces en la habitación eran los números rojos del despertador y las luces de la ciudad que provenían de las persianas mal cerradas de la ventana. Sus ojos se acostumbraron a la oscuridad, Sana ya podía ver toda la preocupación que llenaba la mirada de Jeongyeon.
"No me dejarás, ¿verdad?" Preguntó, dudando sintiendo cada gesto de su rostro.
Sana se dio cuenta de lo que había querido decir antes y jadeó.
"No bebé." Ella respondió, levantando su mano para acariciar el rostro de Jeongyeon. "¿Por qué habría de hacerlo?"
Jeongyeon pudo ver que estaba siendo honesta y parecía genuinamente confundida, lo que hizo que sus temores se calmaran mientras dejaba escapar un suspiro de alivio.
"Es solo ..." No sabía muy bien cómo explicar lo que pasaba por su mente, así que decidió empezar desde el principio.
"Cuando estaba en la escuela secundaria y Nayeon estaba en el extranjero, conocí a una chica llamada Tzuyu que acababa de ser transferida". Hizo una pausa, asegurándose de que Sana estuviera prestando atención, la pelirroja asintió levemente para indicarle que estaba escuchando. "Me enamoré de ella." Suspiró, colocando su mano sobre la de Sana, cerrando los ojos mientras apoyaba la mejilla contra el calor de su palma.
'Esa es la diferencia ,' se dio cuenta Jeongyeon. 'Tzuyu era tan fría que ni siquiera mi calor la derretiría. Sana es cálida. Ella es tan cálida como yo'.
Se dio cuenta de que no podía compararlas, porque Sana era todo lo que Tzuyu no era.
Todavía tenían muchas cosas que resolver, pero sabía que Sana no se iría.
La pelirroja inclinó la cabeza hacia un lado, preocupada por cómo continuaba la historia.
"¿Y que pasó?"
Jeongyeon recordó que estaba en medio de contarle a Sana sobre Tzuyu y le contó el resto de la historia.
"Le escribí una canción y me confesé. Dijo que me amaba, pero se fue a Taiwán a la mañana siguiente después de que yo le confesara. La relación a distancia no funcionó y, bueno, algunos años después se unió a JYP Entertainment como aprendiz ".
