Mina se levantó de su cama para preparar el desayuno para su amada hija.
A sus ojos, Momo era una princesa, su reina, su ángel.
Era mucho más adorable que cualquier personaje de Disney, incluida la Sirenita, que era su favorita.
Sus grandes ojos eran realmente adorables y brillaban con una luz única.
El hecho de que fuera hiperactiva no era un problema para ella.
A veces podía ser difícil, pero nunca se rindió y siempre trató de encontrar nuevas formas de criar a su hija.
Había practicado las técnicas que le habían dicho los psicólogos, alabando a Momo cuando hacía las cosas bien y diciéndole cuando hacía las cosas mal.
También la ayudó a concentrarse en hacer cosas simples por sí misma, repitiendo los pasos que tenía que hacer en voz alta.
Hasta ahora, los profesores habían sido un problema.
En sus reuniones habituales decían que Momo, en su punto de vista, no se comportaba correctamente porque se distraía o dibujaba mucho durante las clases, o no podía "dejar de mover los pies en el asiento." Pero gracias a Nayeon todo eso había cambiado.
La imagen de la maestra siendo amable con su hija hizo que su hija la hiciera sonreír y deseaba poder agradecerle lo suficiente por preocuparse tanto por ella.
Después de la conversación que compartieron anoche, supo que las intenciones de la maestra eran las mejores para su hija, por lo que no tenía nada que temer.
Había preparado unos diez panqueques cuando Sana entró a la cocina, aún pareciendo un burrito con la manta con la que Mina la había cubierto cuando llegó a casa y la encontró durmiendo en el sofá.
"Que buen sueño de belleza tuviste" Mina sonrió al ver el pelo naranja, pensando que su mejor amiga era una chica tan hermosa, incluso cuando se acababa de despertar.
Sana se acercó a ella y le dio un beso en la mejilla antes de llegar a un plato vacío donde colocó cuatro panqueques por sí misma.
"Hey, acaso dije que eran para ti?"
"No, pero no se puede colocar comida en frente de mí y esperar que yo no la coma" razonó, con su voz ronca.
Se aclaró la garganta y empezó a preguntar.
"¿A qué hora llegaste anoche?"
"Cerca de la medianoche."
"Oh, tenías miedo de que tu vestido desapareciera?"
"Soy Julieta, no Cenicienta." La actriz se rió mientras pasaba un panqueque y la apretó contra la mantequilla derretida con la espátula.
"Y por cierto, cuando llegué aquí, Momo todavía estaba despierta mientras veía Frozen mientras tú roncabas como un oso".
"Oh" Sana hizo una pausa, parpadeando una y dos veces.
"Eso explica por qué soñé que Nicole Kidman quería construir mi muñecos de nieve."
El comentario hizo Mina diera la vuelta para mirar a su amiga con una ceja levantada, cuestionando su gusto por las mujeres.
"¿Qué? Ella es un poco sexy. Me gustan mucho las actrices de Hollywood".
"Lo sé, pero Nicole Kidman?"
"Deberías entenderme, tú también eres una actriz bisexual". Ella señaló y Mina no pudo decir que no, porque no podía negar que Nicole Kidman había hecho un gran trabajo en películas.
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