El Destino de un Reencarnado ~Mushoku Tensei~ (PAUSADO)

Capítulo 62: Plan en marcha.

Muy buenas a todos. Aquí un nuevo capítulo de el Destino de un Reencarnado. Me disculpo por la demora, pero es que mis clases han estado obligándome a que de mi 100%. Con tan solo empezar el semestre y ya me llegó una tremenda cantidad de exámenes que casi me fríen el cerebro y estuve haciendo muchas tareas para poder por lo menos tener un respaldo por si repruebo algún examen. No a sucedido nada malo hasta ahora, pero el asegurarse no hace daño. 

Como saben, por favor dejen su estrellita para que me ayuden a seguir escribiendo. Sin más que decir, comiencen con su lectura.

Advertencia: Mushoku Tensei y sus personajes no son de mi propiedad, crédito para sus respectivos creadores. Este fanfic es idea mía y de nadie más y solo el personaje principal es de mi propiedad. Me disculpo por errores gramaticales y/o falta de ortografía.

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Esto era muy aterrador. En cierto sentido, pero aterrador.

No podía ver nada, aunque podía sentirlo. Mis habilidades van más allá de la comprensión de muchos magos experimentados y ver sin ojos era un claro ejemplo. Aun así, no lo hacía porque es innecesario. Eso sí, tal vez me venga bien porque las hice enojar.

¿A quién haría enojar?

Bueno... la verdadera pregunta no es: "¿A quién haría enojar?", sino más bien: "¿Si las puedo hacer enojar... MÁS?". Ya de por sí con los últimos acontecimientos que provoqué ocasionó que una disputa estallara en mi hogar y ahora yo me encontraba como rehén.

No podía ver porque tenía venda en los ojos, y aunque pudiera utilizar mis habilidades para poder ver como ya dije anteriormente, no quiero porque me parece innecesario. Super innecesario. Mega innecesario...

Okey, tal vez estoy mintiendo, me sería muy necesario, pero sentiría que sería injusto porque en parte esto podría ser algo de mi culpa. O sea, no todos los días tu esposo invoca de la nada una chica furry super hermosa y voluptuosa. Y como ya me delaté, sí, son mis esposas quienes están furiosas conmigo.

Como ya dije, estaba con los ojos tapados sin poder ver, pero también sentado en una silla del comedor con manos atadas tras la espalda y pies restringidos para evitar el escape. No me sorprendería, mis esposas toman muchas precauciones desde lo sucedido con Orsted. Ahora solo faltaba una cosa... el inicio del interrogatorio.

"¿Y? ¿Cuándo procederás a confesar?"

Esa voz dulce y suave se volvió ruda cuando el receptor de esta conversación fui yo. Las palabras fluidas y gentiles de Sylphie se transformaron en cuchillas verbales que se estaban clavando en mi pecho con cada letra que soplaba sus labios. Podría estar exagerando, pero que Sylphie esté furiosa es un hallazgo casi inaudito de ver, y que ese hallazgo se haga por mi causa me hace sentir miserable.

"¡Ya te lo dije! ¡No fue mi intensión! ¡Solo fui a invocar a un compañero para la Bestia Sagrada y...!"

"¡Mentiras!"

Escuché un golpe en la mesa. Esta vez la voz era diferente. Más infantil, chillona, incluso el golpe en la mesa que seguramente se encontraba enfrente de mí no fue tan poderoso como debería de sonar. Sylphie, aunque era una maga, su fuerza era monstruosa para alguien como ella y podría fácilmente romper una mesa en dos con un manotazo. Roxy, aunque es más débil físicamente en cuanto a las demás, podría hacer retumbar la madera. Rinia y Eris son un caso especial, definitivamente harían estallar en pedazos una mesa si la golpearan.

Si tengo que llegar a una conclusión, la que hizo ese comentario no fue ninguna de mis esposas, sino otra persona... y por como sonó su voz, me quedé perplejo.