Capítulo 15: La fiesta de gala.

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Muy bien gente. Este será un capítulo de relleno que vendría reemplazando lo que va en la novela ligera, Estancia en Millis-Sion. Fui original aquí por lo que me esforcé bastante, así que me gustaría que admiraran mi esfuerzo, lean y entiendan esta historia que tanto me esforcé por escribir. 

Bueno, será mejor que ya deje la muela y empiecen a leer. Me disculpo lo errores gramáticos y ortográficos. Mushoku Tensei y sus personajes no son de mi propiedad, crédito a sus respectivos creadores. Solo el protagonista y el rumbo que toma esta historia son de mi propiedad. 

Un estruendo sonido hizo retumbar mis sentidos auditivos.

Abrí los ojos y me encontré en un lugar completamente blanco. Pensarías que es mi mente, el lugar donde siempre se encuentra Hitogami, pero esta vez no lo es. Parecía un túnel y yo estaba viajando por este a grandes velocidades. Océanos, ríos, montañas, praderas, ciudades... todo pasaba a gran velocidad por mis laterales y mi camino aún no se detenía.

Esto era muy extraño. No podía hablar, solo rechinar los dientes con esfuerzo mientras obligaba a que mi cuerpo no cayera a la inconsciencia por el enorme peso que ahora sentía.

Subía y bajaba, subía y bajaba. La luz me obligaba a hacer esa acción una y otra vez y rápidamente mis sentidos empezaron a entrar en conflicto, llevándome al mareo y deseos de vomitar. Aun así, aguanté.

Un peso muerto hizo que mi cuerpo se sintiera aún más insoportable. Ya este estaba soportando una gran presión, pero ahora, algo o alguien me estaba agarrando con fuerza. Miré abajo y me encontré a Eris inconsciente, aferrándose a mi cuerpo con todas sus fuerzas sin siquiera darse cuenta.

"Demonios, tengo que hacer algo..."

Agarré a Eris por la cintura y la atraje hacia mí, para prepararme al final del camino de este túnel. Los segundos que pasaron fueron una eternidad para mí, hasta que finalmente el túnel luminoso desapareció y me dejó en un lugar que no conocía, o mejor dicho, nos dejó en un lugar que no conocíamos.

A más de 1 000 metros sobre la superficie del planeta, nos encontrábamos ambos cayendo a grandes velocidades, sin dar indicios a detenernos. Miré al horizonte y vislumbré el Sol ocultándose. También identifiqué como todo el mundo a nuestro alrededor dejó de ser una vasta y vivaz pradera esmeralda y pasó a ser un muerto y seco desierto rocoso.

"A este paso vamos a morir. ¡¿Qué hago?! ¡¿Qué hago?!"

Seguimos cayendo a gran velocidad, solo yo siendo testigo de como nuestra muerte se acercaba con cada segundo que pasaba. De la desesperación, empecé a ver todo en cámara lenta, vislumbrando el frígido suelo de rocas acercarse hacia nosotros lentamente.

Ya estaba por darme muerto, hasta que una idea se me vino a la mente.

Sujeté con fuerza a Eris y con mi mano libre concentré todo mi mana, casi llevándome a la inconsciencia, pero era todo o nada. El aire en mi mano se condensó en una esfera que sorprendentemente empezó a tomar tonos celestes, pero ignoré ese hecho y miré al suelo.

"¡NO VOY A MORIR AQUIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!"

Ese grito de batalla fue el último que lancé, antes de impactar mi ataque comprimido contra el suelo para amortiguar nuestra caída. El lugar retumbó con un poderoso terremoto que sacudió toda la tierra en un radio de 700 metros, acompañado de una poderosa onda de choque que arrasó con colinas inmensas y parte de acantilados rocosos.

Una nube de polvo se alzó después de que habíamos impactado contra el suelo, y después de despejarse, ambos nos encontrábamos en medio de un cráter considerable en proporciones. Medio consciente, observé el cielo y en medio del camino, una silueta con cabello verde y una brillante gema carmesí en su frente se cruzó. Eso fue lo último antes de caer inconsciente.

El Destino de un Reencarnado ~Mushoku Tensei~ (PAUSADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora