v e i n t i n u e v e

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Tw: acoso

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Tw: acoso.

El nudo en su garganta se tensó al ver a Yoongi moverse con mayor avidez a la entrada trasera del instituto, esa por donde generalmente descargaban inmueble nuevo o la salida predilecta de los contenedores de basura. Taehyung no pensó que la declaración que el alfa hizo durante la primera clase fuese real.

Ahora ambos estaban en una zona poco visitada, Yoongi llevaba consigo sus pertenencias y en su semblante no vio señal de duda.

Sintió la boca seca y tragó fuerte, pensando en qué decir en este momento. Nada podría detener a Min Yoongi y su fuerte convicción.

—¿Estás seguro de que es una buena idea?

El joven alfa escuchó lo que el tímido chico apenas pudo pronunciar presa del pánico. La zona sur del instituto estaba restringida a los estudiantes, aunque algunos lobeznos jóvenes parecían tener el sentido agudizado de la audición nublado a la hora de obedecer las normas.

—No. La verdad, no —retomó su tarea y buscó la mejor opción para cruzar el cancel. Se acomodó bien el morral y antes de comenzar a trepar giró en dirección al omega —. Si me matan, recuerda: Park Hoseok, el hermano de Jimin.

Las palabras de Yoongi despertaron una alerta invisible en Taehyung. El muchacho nunca se había saltado una clase y tampoco tomaba riesgos.

—¿Por qué no esperamos a la salida para ir con Jimin? Si los profesores se dan cuenta de que te has ido sin permiso, van a llamar a tus madres y...

—Lo sé —cortó Yoongi exhausto —, pero necesito verlo. No voy a esperar más. Puedes delatarme si te presionan, no te pediré que mientas por mí.

La determinación de Yoongi le robó el aliento. La boca seca y su sorpresa evidente. Taehyung no lograría nada tratando de hacerlo razonar. El tono solemne con el que se mantenía el muchacho difuminaban la piel de papel, las medias lunas oscuras debajo de sus ojos y los labios heridos que constantemente se mordía.

—Bien... —concedió sin muchos ánimos, se removió nervioso —. Diré que te quedaste dormido por ahí.

La sonrisa de Yoongi fue como la de un niño que se salía con la suya. Triunfante, se abalanzó a Taehyung con los brazos abiertos para envolverlo afanosamente, agradeciendo el gesto del omega.

—Solo esta vez cúbreme, ¿sí?

La respiración agitada de Taehyung se mezclaba con los frenéticos latidos del alfa. El anhelo de Yoongi se mezclaba con el miedo del omega. Sentir aquel corazón ansioso le conmovió, ¿qué sería capaz de hacer por amor? Se preguntó.

El rugido de un motor y el escándalo del claxon avisaron la llegada del hermano mayor de Jimin. Hoseok se obligó a mantener la calma mientras los nervios le devoraban. Sabía perfectamente que si el anzuelo no funcionaba, su hermano estaría reportando el robo del vehículo en cualquier instante. Se aseguró de que la calle estuviera vacía antes de volver a hacer sonar el claxon. Apartó su mano al ver al joven alfa trepar hasta la cima del cancel, balanceó con quietud su cuerpo y lo vio dejarse caer al suelo, aterrizando con armonía, flexionando las rodillas. Trotó cruzando la calle y no pidió permiso para entrar a la camioneta.

EL ENCANTO DE LA BESTIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora