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Flavia

Una lámpara hermosa y desconocida cuelga en el techo. Me siento de golpe.

-¿Dónde estoy? ¿Cómo llegué a este cuarto?-miró a mi alrededor y todo está perfecto en su lugar la cama es tan grande que pudieran dormir una pareja con sus dos hijos ampliamente.

Se abre la puerta y miró asustada. Es un hombre... ¡Ignacio!

-Oh, despertaste rápido.-dice cerrando la puerta a sus espaldas y trae un vaso de agua en la mano.

-¿Hace cuánto estoy aquí? ¿Y dónde estoy exactamente? ¿Qué me pasó?...-pregunto sin parar, estoy inquieta y nerviosa.

-Ey, wow-hace una pausa y sonríe-Cálmate un poco. Solo llevas unos...-mira su reloj en la muñeca-... cinco minutos acostada. Te desmayaste. Este cuarto está junto a mi oficina-con el pulgar señala a sus espaldas justo a la puerta por la que entró-Bebe un poco de agua.

Me extiende el vaso y lo tomo, de tan solo rozarle me inquieto. Bebo con prisa mirando el fondo de cristal y él reflejado esperando.

-Debo irme.-tomo los lentes en la mesita a mi lado y pongo el vaso en su lugar. Me pongo en pie y se interpone para impedirme caminar.

-Espera un poco. Acabas de despertarte, tomate al menos cinco minutos más antes de irte.

-Ig...-casi digo su nombre y no creo que sea correcto, alguien como él de seguro quiere que le hablen con respeto-Señor Gorikz, tengo trabajo.

Miró su camisa, rojo como el vino bien oscuro, no tiene saco y ese botón en su pecho se ve ajustado.

Me disculpo para rodearlo y abro la puerta pero...¡stop!...tapo mis ojos, me quedo inmóvil. El ventanal, si vuelvo a ver esas nubes es posible que vuelva a desplomarme.

-¿Qué pasa?-escucho su voz más cerca y sus pasos se detienen detrás de mí.

-El ventanal...yo...me dió miedo...-mi voz tiembla pero trato de no lucir tan temerosa.

-¿Sufres de vértigo?-tardo en asentar con tanto temblor.-Eso pensé. Está bien, puedes abrir tus ojos.-diciendo esto su cuerpo roza con el mío y pasa hacia adelante-Abrelos.

No sé si confiar en él pero...creo que no tengo opción. Me vería como una estúpida si intento llegar a la puerta de salida con lo ojos cerrados. Sería un show de comedia para él. Abro un ojo lentamente y luego el otro. Todo luce más oscuro. Doy pocos pasos y miró a mi lado. Dónde está el ventanal hay como una pared, enorme y de color negro. Las luces están encendidas, bueno veo que no todas. Se siente bien, luce muy tranquilo y relajante.

-¿Mejor?-pregunta y le miró. Tiene sus manos en los bolsillos y sus ojos verdes parecen querer conectar con los míos.

-Si, mejor. Gracias.-me sonrojo evadiendo su mirada-Debe ser agradable y cómodo trabajar aquí.

-Bueno...cuando te acostumbras lo ves aburrido-le miro arqueando una ceja incrédula-Estar solo en un lugar espacioso no es para nada divertido y más cuando todo es solo trabajo. No imaginas los dolores de espalda que me dan.-camina hasta su escritorio y toma el vaso que había traído con té-Por cierto, ¿ves esto?

-Si, obvio.

-Pues no pude beber nada. Lo tiraste todo al suelo.-Ups, ¿qué se supone que le diga ahora?-Me parece que tendrás que traer otro.

El Señor Gorikz [MBE] (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora