Universo alterno.
Las leyendas, tienen pies y fundamentos.
A lengua de muchos las historias pierden forma y se quedan con la última versión, pero que pasaría si en la inmensidad de cada relato hay un tanto de verdad.
Mikey había escuchado mil histo...
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“La noche es oscura, es fría y llena de peligros” ...
Quedate con esta frase... Por favor —Hideki. . . . Los siguientes hechos sucedieron en una comuna alejada medio en Alaska. Este lugar es frío y lleno de terrenos desconocidos, casi nadie se atreve a ir a él en el año de 1800 pues los medios y transporte son escasos. Sin embargo en aquel terreno lleno de nieve y tundras algo está pasado, algo que en aquel momento está llamando la atención.
Últimamente está circulando un rumor, de una criatura que esta causando muertes y pérdidas a las caravanas que surcan el nevado paisaje. Jamás se vio nada como eso, las noticias que surcan los periódicos están dejando mucho que especular.
Se menciona que es una criatura enorme, llena de un pelaje blanco y manchas similares a ruedas, que ataca en la oscuridad, que es capas de terminar con la vida de todos en un segundo.
Los rumores tienen pies y cabeza, nadie sabe nada más, pero por lo mismo la decisión de detener las expediciones ha llegado. Nadie andará por el paisaje hace desee entonces. Sin embargo unos pasos pintan la nieve, borrando se tras el aire, amenazando con congelar los huesos de la figura que camina sin rumbo entre ese bosque helado. Tan llamativo con los pinos congelados y las gotitas de agua escurriendo por los picos de hielo.
—Se que estas aquí... —Murmura, como si hablara con alguien, el grueso abrigo negro que lleva cubriendo lo desde los pies a la cabeza y la máscara negra no dejan ver más que sus ojos, no se ven sus facciones pues la máscara parece pegada a su rostro, profundos y de un gris poco claro, son oscuros y tristes, el tiene los ojos tristes.
Como si alguien más estuviera unos pasos se escuchan, lo ve es enorme, es un gato enorme, tan grande como un elefante, que camina hacia el, un leopardo de las nieves, tan magnífico y llamativo, con los piso violetas penetrando en los ojos oscuros de su persona.
—¿Que te trae por aquí guardián? —Interroga mientras se detiene frente a él.
—Necesito un favor... —Suelta con tranquilidad, su voz es suave, su aura es tranquila pero su mirada está triste.
—¿Que es lo que necesita de mi el guardián? —Se extraña el enorme animal— De una ninfa tan absurda como yo...
Si pudiera ver tras la máscara tal vez pudiera saber que el chico está sonriendo. Con calma extiende su mano y toca la frente del animal, “Necesito un guía”...
Fue lo último que menciona.
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