Treinta Y Siete

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Intentar mantener a raya a los elementales era difícil, mientras que Mitsuya los sujetaba con sus cadenas, Baji prefería encerrarlo en burbujas oscuras, pero no duraban mucho, porque la energía de aquellos era complemente diferente a la de un demo...

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Intentar mantener a raya a los elementales era difícil, mientras que Mitsuya los sujetaba con sus cadenas, Baji prefería encerrarlo en burbujas oscuras, pero no duraban mucho, porque la energía de aquellos era complemente diferente a la de un demonio, Nahoto optó por llevarse lejos al resto, entonces Izana llego, pero apenas tenía voz para decir una palabra, en la comisura de su boca había un rato de sangre y también sus ojos lagrimeaban por el dolor.

El ángel saco a todos del campo, dejando a los demonios, al león y al ángel para tratar de mantenerlos a raya, pero justo cuando sentían que tenían el control una nueva ráfaga de fénix venía encaminada, era como tener todo lo existente en la tierra sobre ellos. Mientras en el cielo los fénix de Mikey trataban de evitar que sus hermanos con mayor energía rompieran el sello qué Draken había hecho. Era algo muy jodido, porque mientras Inupi intentaba despegar a sus hermanos que intentaban perforar el velo rojo, otro lo atrapaban y derriban, lo mismo pasaba con el resto, puede ser que ellos fueran los principales, pero eran superados 1 a 100, lo que los dejaba prácticamente inútiles.

Entonces un gran estruendo se hizo presente, uno de los fénix de arena había tomado la cola del león en su pico y lo había arrojado lejos, partiendo en dos uno de los edificios del centro de la ciudad.

—¡Kaku! —El grito Izana a pesar del dolor en su garganta fue notorio, pero quiso ir, aunque Chifuyu lo detuviera, estaban en el edificio más alto de Tokio, observando todo aquel desastre que las criaturas hacían.

—Esto es malo... —Chifuyu menciona y luego silva para que un murciélago gigante se pase dando vueltas por el edificio. —Son imposibles de contener... Van a liberarse pronto.

—Si salen de aquí—Takemichi mira al cielo—Si escapan...

—Mikey debe de volver rápido, no creo que resistamos mucho tiempo—Dice Chifuyu mientras tira del brazo de su amigo para evitar que una rosa se le clave.

En el cielo un fénix de color rosa y con espinas como cola deja ir un grito que casi los deja sordos, entonces cuando cuatro de ellos vas sobre los chicos una muralla de hielo aparece evitando que los lastimen, Souta derriba a uno de ellos arrastrando lo hasta el suelo y luego Nahoya se encarga del resto, parece que los únicos capaces de hacerle frente a los fénix son los propios fénix, aunque parece que el numero juega a su desfavor.

—Se van a cansar pronto—Izana encuentra su voz— Hay que ayudarlos...

—No Izana-Kun—Takemichi le ayuda a no caer—Estás herido, no hay manera que ayudes así...

—Sin embargo—Chifuyu mira al horizonte con aquel ojo que ve más haya— Parece que ella no esperara por nosotros ...

—¿Qué dices? —Nahoto le pregunta.

—Va hacia el borde del velo—Dice el oji verde, a lo lejos le figura de esta mujer se arrastra dirigiéndose al final del velo—Va a tratar de salir rompiendo el velo...

Hideki (Drakey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora