Universo alterno.
Las leyendas, tienen pies y fundamentos.
A lengua de muchos las historias pierden forma y se quedan con la última versión, pero que pasaría si en la inmensidad de cada relato hay un tanto de verdad.
Mikey había escuchado mil histo...
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Nunca he amado, no sé cómo se sienta ese sentimiento, no sé si de verdad prende ser lo que siento o es algo más complicado. Porque están difícil de entender que no puedo dar por sentado que estoy en lo correcto y eso me frustra.
Pero puede ser que lo que esté juzgando sea otra cosa y a mi suerte le toco un impostor que es buen actor.
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Cuando Mikey llegó a su habitación se sintió frustrado, incluso Draken noto como se tiro un poco de sus cabellos. El demonio estaba por cuestionar algo cuando Mikey llamó a su libro y este los succiono a todos dentro de él como si de un agujero negro se tratase.
Fuera de él este se cierra y se acomoda en el escritorio de mikey tomando la apariencia de una libreta de literatura. Perfecto disfraz porque este libro guarda más secretos que los que la mayoría podría imaginar. Y Mikey está seguro que sólo es cuestión de tiempo para averiguar qué es lo que está ocultando. Qué oculta este peligroso mundo de fantasía.
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Dentro Mikey aterrizada de nuevo en el despacho aún con sus colibríes en sus manos, pero Draken no corrió con la misma suerte, termo no cayendo de espaldas, soltando un quejido, Mikey olvidó por un segundo que solo el puede entrar y estar a salvo.
—Lo siento Kenchin... —Murmuró.
Pero no hizo más se acercó a la mesa y dejó a los colibríes ahí, estaban dormidos y heridos, así que mientras Draken se sacudía el polvo fue hasta llegar a donde esta el. El rubio bajito está pasando la mano o por los estantes mientras busca algo en los pergaminos, una y otra vez por todo ese estudio. Aquí se hacen los libros.
