Cuarenta Y Cuatro

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Sus palabras susurran mentiras que nunca creeré

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Sus palabras susurran mentiras que nunca creeré...

Tal vez solo tal vez, pudo ser el único del fin

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Tal vez solo tal vez, pudo ser el único del fin...

O tal vez el comienzo del todo...

Mikey mira el cielo y como este se pinta de rojo, como las nubes se miran como pro puro y de la nada, parece que un negro lo invade, haciendo caminos...

Las alas doradas se mueven un poco y en la alto por su espalda bajan una serie de símbolos, mismos que aparecen iluminar su piel, su presencia es arrolladora, los ahoga y no solo a él, todo el mundo aprecio detenerse, es más el sol y la luna se detuvieron cuando se manifestó.

Si energía siendo afrodisíaca y el aire se pintó de un olor dulce... Como si lo que menos significará era la muerte qué representaba, con sus cabellos ondeando y el rostro un tanto infantil que sólo mostraba la pureza en la piel qué parece de porcelana y sus ojos pintados en un dorado intenso.

Por alguna razón, más que miedo, más que todo lo que podía sentir solo le miro, a pesar de estar de espalda se dio cuenta que la energía que emana de él o ella, se marca en aire y no le parece hostil, tiene el cabello pegado a la frente por el sudor y las manos le tiemblan como todo el cuerpo, se siente morir con cada centímetro qué su cuerpo se mueve.

Perdió la llave y ahora quien menos debía tenerla, la tenía incrustada en el pecho, liberando algo que nadie comprendía en ese momento, sumando, hay demonios a su alrededor, unos que parecen pertenecer a la realeza, otros más conocidos que solo le demuestran que, aunque creía saber bastante no sabe nada.

—Increíble —Una frase se escucha a la distancia, Mikey nota como el padre de los titanes mira hacia donde la figura de alas doradas se manifiesta—Así que el sello se puede abrir por la llave...

—Padre... —Cronos lo mira—Aun así, esta débil, lleva siglos atrapa...

Pero el perro de tres cabezas más grande que el mismo palacio gruñe, el guardián de la llave perdida gira la cabeza notando como las tres cabezas del perro se inclinan hasta donde está el suelo, ni buscando posiblemente algo. Porque una de ellas chilla y es cuando Baji miro por sobre su hombro, sus ojos crecientes de sentimiento solo parpadean para volver a mirar hacia enfrente.

Hideki (Drakey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora