Capitulo 6.

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Otro día y con la misma rutina para ella. Se levanta va y levanta a su hermana, prepara el desayuno y después la lleva a la escuela, pero hoy es diferente para ella. Hoy se iba a encontrar con Peter. Está algo nerviosa; nunca había experimentado algo así. Los nervios que siente cuando recuerda sus ojos que la hipnotiza.

El sonido del celular le hace regresar a la realidad.

Hola Euge. ¿Qué pasa?

— ¿Que pasa? Lali, hoy verás a tu galán. Eso pasa.

— No es mi galán, Euge. Apenas lo conozco, no es una cita.

— Di lo que quieras, pero hoy te va a cambiar la vida, te lo aseguro.

— Si Euge, como digas.

— ¿Te vas a poner el vestido que compraste?

— No. Además, no es una cita.

— Bueno, Pero ponte hermosa, adiós.

— Adiós amiga.

Lali cortó la llamada y quedó pensativa. ¿Cómo se iba a vestir? además no es una cita se repitió muchas veces.

Hizo algunas cosas por mientras llegaba la hora en que se verían.
Llegó la hora y Lali se apresuró a cambiarse; Se bañó, secó el cuerpo, se puso crema en el cuerpo, Se puso unos Shorts  pegados, una camisa de tirantes  unas zapatilla, se maquilló lo más natural que pudo, se peinó dejando su pelo suelto y de último se puso un poco de perfume. Vio la hora y abrió los ojos, ya que se le hacia tarde.

Tomando su bolso. Salió de la casa lo más rápido ojala que no pensará que lo dejó plantado.

Peter después de pasar por su casa y cambiarse de ropa fue al punto de encuentro en donde la vería nuevamente.

Llegó y la esperó, pero ella no aparecía. Tuvo miedo que lo dejara plantado y eso lo ponía nerviosos, pero eso se disipó al verla correr hacia él.

«Que hermosa está» pensó al verla. Parecía una diosa en el modo que corría.

Ella llegó hacia él y quedaron  frente a frente. ninguno decía  nada, solo se miraban, Peter decidió decir unas palabras y romper el hielo, parece que él le tocaba hacerlo.

—Lali, estás hermosa. — dijo y le dio un beso en la mejilla.

Ella se sonrojó al instante.

— T-tú también estas guapo Peter.

«¡Por Dios! Que hermoso dice mi nombre, en su labios me encanta.»

— ¿Vamos a la cafetería?

— Sí, vamos.

Él le ofreció su mano, ella la acepto. Al tocarse sintieron nuevamente esa corriente eléctrica. Ninguno de los dos dijo nada solo caminaron hacia la cafetería que estaba cerca.

Llegaron y tomaron asiento. Peter ordenó y la miró maravillado al verla.

— Dime, Lali. ¿A qué te dedicas?

— Bueno..... Soy camarera.... — mintió ya que no se atrevía a decirle que era bailarina erótica. —  ¿Tú?

— Trabajo en una empresa de textil. — no dijo que era casi el dueño. — ¿Tus padres te permiten trabajar?

Se preocupó al ver como su mirada se tornó triste.

— ¿he dicho algo malo?

— Mis padres están muertos. Solo somos mi hermana y yo, solo me tiene a mí y debo sacarla adelante.

 No me puedo enamorar. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora