Capitulo 26.

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— ¿Crees que nos esperen en el aeropuerto? — volvió a preguntar.

— Creo que si. Este vuelo lo he sentido bien largo. — soltó un suspiro mientras deja la comida aún lado. — no soy muy aficionado a volar en avión.

— Lo sé. Ya quiero llegar y ver la cara de Peter. Ya me imagino su cara al vernos, será épico.

— Igual yo. Ahora deja que duerma un poco.

Se acomodó bien. Cerró  los  ojos y quedó  profundamente  dormido. imitándolo ella hizo lo  mismo, aunque estaba eufórica por llegar, pero logró quedarse dormida.

las horas pasaron y por fin el avión aterrizó. Sonriendo, tomaron el equipaje y salieron del aeropuerto, Empezaron a ver para todos lados y no veían a nadie conocido. Haciendo una mueca lo miro seriamente.

— Creo que no nos vinieron a buscar. ¿Seguro que les avisaste?

— Ya te dije que sí. Quizás pasó algo, mejor tomemos un taxi y vámonos a la casa Lanzani.

— Okey. Quiero darme un baño y relajarme. Quiero dormir algo ya que ese vuelo fue agotador, aunque pude dormir, pero todavía me siento cansada.

Detuvieron un taxi y metieron las maletas. Subieron y dándole la dirección; el conductor  comenzó a andar.

Regresar al país que la vio crecer era extraño, pero la emocionada mucho. Ya que algunas cosas seguían igual, deseaba llegar y darle un abrazo grande a Peter. Llevaba mucho tiempo sin verlo.

******
Como todas las mañanas, Lali hizo lo que siempre hacia. Algo no la tenía tranquila y era que pronto volvería al trabajo y tenía que contarle a Peter cuanto antes. Sí quería que su relación no sea a bases de mentira, debía ser sincera con él.  Solo deseaba que se lo tomara normal y no la terminara odiando.

Con un suspiro lastimero. Empezó a servir la comida. Estrella la quedó viendo preocupada ya que sentía que a su hermana le pasaba algo.

— ¿Lali te encuentras bien?

— Si, ¿por? — la quedó viendo atenta.

— Estás muy callada. — se llevó un poco de carne a la boca. — ¿me dirás? — pregunta después de haber tragado.

— Son cosas de grande. No tienes porqué preocuparte.

— Soy grande. — Lali le sonrió con ternura.

— Lo sé. Me duele que ya estás dejando de ser esa pequeña que corría por la casa con su traje de princesa.

Estrella hizo una mueca al recordar.

— Bueno...., Pero no cambies de tema. Vamos, Lali dime qué te ocurre.

— Nada cariño. Todo está bien, solo pienso que pronto voy a volver al trabajo y no quiero dejarte sola.

— Estoy acostumbrada, no tienes porqué preocuparte por mí. Yo entiendo que lo haces para que estemos económicamente estable. Quizás cuando estaba más pequeña, me entraba tristeza porque mi hermana me dejaba con la niñera. Además sigo teniendo a la niñera que me cuide, pero ya no me entran ganas de llorar cada vez que te veo que te irás.

Lali no sabía que su hermana se etristecia porque ella la dejaba sola. Pero como dijo; lo hacia para sacarla adelante. Ya no tenían que pasar por hambre, no tener ropa, ni educación. Ahora le estaba dando todo a ella. ¿Pero a qué precio? No pasar mucho tiempo juntas, ya que en la mañana, Estrella estaba en clases, cuando regresaba, pasa en su cuarto haciendo tarea. Era muy poco lo que pasaban juntas.

— No sabía que te sentía así. No quiero dejarte nunca más sola. Estoy pensando en buscar otro empleo.

— Sería bueno, ya que no estarías trabajando muy noche y venir casi en la madrugada. Eso sí que me preocupa.

 No me puedo enamorar. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora